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La mitad del clero de Vizcaya reclama a ETA que se disuelva y pide perdón a las víctimas

Naiara Galarraga Gortázar

El manifiesto, escrito en términos nada ambiguos y que califica de 'crítico' el momento actual, apela también a los partidos políticos, a los ciudadanos, a los medios de comunicación y a los responsables y miembros de las comunidades cristianas. Los 226 curas reconocen que 'a menudo' no han sabido 'estar cerca de quienes más injustamente han sido golpeados por acciones violentas', en sintonía con una reciente declaración del obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez. Los sacerdotes también expresan su solidaridad tanto con las víctimas de ETA, a las que piden perdón por lo lejos que les han podido sentir, como con los familiares de etarras encarcelados.

La iniciativa, promovida por párrocos de toda la diócesis que se presentan como 'un grupo de curas, ciudadanos como otros', quiere ser 'un granito de arena, [aportado] más que como curas, como ciudadanos creyentes', explicó ayer José Luis Beltrán de Otalora, párroco de la iglesia San Vicente de Barakaldo. Beltrán de Otalora recalcó que la destinataria del manifiesto 'no es la Iglesia, sino toda la sociedad'. Un portavoz del Obispado aseguró que la jerarquía católica de Vizcaya 'conocía' la iniciativa, aunque los promotores sólo han invitado formalmente al clero de base a adherirse.

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Los curas recuerdan a ETA que 'no existe idea, ni proyecto, ni patria alguna que pueda exigir un solo atentado contra la vida y la dignidad de las personas'. A renglón seguido critican a los terroristas por arrogarse la representación del pueblo vasco, de la que carecen, para justificar sus atentados y amenazas.

Llamamiento a periodistas

A los partidos, les reclaman que dialoguen y que no paren hasta que se vislumbre la paz, 'aun cuando la persistencia de la actividad de ETA y la violencia callejera dificulten extraordinariamente un posible entendimiento'. También les advierten de que 'excluir opciones políticas democráticamente defendidas' y 'subordinar la consecución de la paz a una estrategia electoral' alienta el 'riesgo de fractura social'.

A los hombres y mujeres de cualquier ideología les reclaman que defiendan su libertad: 'Nunca, ni por estrategia ni por cobardía, mutiléis vuestra libertad con el silencio'. También se dirigen a las 'empresas y a los responsables de los medios de comunicación', a quienes les reclaman que contribuyan 'a que se acerquen posturas enfrentadas'. 'Ejerced vuestra profesión poniendo en práctica vuestro código deontológico', animan a los periodistas. Además de solicitar el perdón a las víctimas, piden solidaridad con 'quienes han perdido un ser querido por pura estrategia terrorista', a los 'extorsionados y denigrados' por defender 'posturas ideológicas democráticas' y a quienes sufren 'con desesperanza la ausencia de unos familiares presos'.

El documento se ha gestado durante el último trimestre y es independiente del acto por la paz que los obispos de Euskadi y Navarra han convocado para el próximo día 13.El manifiesto, escrito en términos nada ambiguos y que califica de 'crítico' el momento actual, apela también a los partidos políticos, a los ciudadanos, a los medios de comunicación y a los responsables y miembros de las comunidades cristianas. Los 226 curas reconocen que 'a menudo' no han sabido 'estar cerca de quienes más injustamente han sido golpeados por acciones violentas', en sintonía con una reciente declaración del obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez. Los sacerdotes también expresan su solidaridad tanto con las víctimas de ETA, a las que piden perdón por lo lejos que les han podido sentir, como con los familiares de etarras encarcelados.

La iniciativa, promovida por párrocos de toda la diócesis que se presentan como 'un grupo de curas, ciudadanos como otros', quiere ser 'un granito de arena, [aportado] más que como curas, como ciudadanos creyentes', explicó ayer José Luis Beltrán de Otalora, párroco de la iglesia San Vicente de Barakaldo. Beltrán de Otalora recalcó que la destinataria del manifiesto 'no es la Iglesia, sino toda la sociedad'. Un portavoz del Obispado aseguró que la jerarquía católica de Vizcaya 'conocía' la iniciativa, aunque los promotores sólo han invitado formalmente al clero de base a adherirse.

Los curas recuerdan a ETA que 'no existe idea, ni proyecto, ni patria alguna que pueda exigir un solo atentado contra la vida y la dignidad de las personas'. A renglón seguido critican a los terroristas por arrogarse la representación del pueblo vasco, de la que carecen, para justificar sus atentados y amenazas.

Llamamiento a periodistas

A los partidos, les reclaman que dialoguen y que no paren hasta que se vislumbre la paz, 'aun cuando la persistencia de la actividad de ETA y la violencia callejera dificulten extraordinariamente un posible entendimiento'. También les advierten de que 'excluir opciones políticas democráticamente defendidas' y 'subordinar la consecución de la paz a una estrategia electoral' alienta el 'riesgo de fractura social'.

A los hombres y mujeres de cualquier ideología les reclaman que defiendan su libertad: 'Nunca, ni por estrategia ni por cobardía, mutiléis vuestra libertad con el silencio'. También se dirigen a las 'empresas y a los responsables de los medios de comunicación', a quienes les reclaman que contribuyan 'a que se acerquen posturas enfrentadas'. 'Ejerced vuestra profesión poniendo en práctica vuestro código deontológico', animan a los periodistas. Además de solicitar el perdón a las víctimas, piden solidaridad con 'quienes han perdido un ser querido por pura estrategia terrorista', a los 'extorsionados y denigrados' por defender 'posturas ideológicas democráticas' y a quienes sufren 'con desesperanza la ausencia de unos familiares presos'.

El documento se ha gestado durante el último trimestre y es independiente del acto por la paz que los obispos de Euskadi y Navarra han convocado para el próximo día 13.

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Sobre la firma

Naiara Galarraga Gortázar
Es corresponsal de EL PAÍS en Brasil. Antes fue subjefa de la sección de Internacional, corresponsal de Migraciones, y enviada especial. Trabajó en las redacciones de Madrid, Bilbao y México. En un intervalo de su carrera en el diario, fue corresponsal en Jerusalén para Cuatro/CNN+. Es licenciada y máster en Periodismo (EL PAÍS/UAM).

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