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Camboya acepta un tribunal internacional para juzgar a los jemeres rojos por genocidio

'La Asamblea Nacional ha aprobado la legislación aguardada durante largo tiempo y que colma las aspiraciones del pueblo de Camboya y de la comunidad internacional de juzgar a los líderes del Jemer Rojo por su régimen genocida', anunció el primer vicepresidente de la Cámara Baja, Heng Samrin.

En principio, la ONU, siguiendo los ejemplos de los tribunales creados para juzgar las atrocidades de Ruanda y Bosnia, propuso celebrar los juicios fuera del país. La idea se topó con la oposición del presidente camboyano, Hun Sen, quien ofreció como única alternativa que el juicio se celebrara en la nación asiática y de acuerdo con su sistema judicial. La legislación, consensuada entre la ONU y el Gobierno camboyano después de dos años de negociación, deberá ser ratificada por el Senado, revisada por el Tribunal Constitucional y aprobada por el rey Norodom Sihanuk.

Sin fecha definitiva

'Resulta difícil predecir cuánto tardaremos en establecer el tribunal', declaró ayer el ministro de Interior de Camboya y principal interlocutor con la ONU, Sok An. Destacados dirigentes del partido del presidente, el Partido del Pueblo de Camboya (PPC), incluido el mismo Hun Sen, ocuparon puestos de responsabilidad en el Jemer Rojo, del que desertaron poco antes de que en 1979 las tropas vietnamitas ocuparan la capital del país, Phnom Penh. El primer vicepresidente de la Cámara Baja ha aclarado que sólo se juzgará a los dirigentes jemeres rojos, no a los militantes o simpatizantes.

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El número uno del Jemer, Pol Pot, murió en 1998. De los restantes miembros de la cúpula de la guerrilla maoísta, sólo dos han sido capturados: su último jefe militar, el general Ta Mok, y Kang Kek Ieu, ex director del centro de detención de Tuol Sleng, donde se calcula que fueron torturadas y ejecutadas cerca de 16.000 personas.

Los otros tres integrantes de la dirección de los jemeres que aún viven residen en Pailin, un enclave situado cerca de la frontera con Tailandia, al oeste del país, que controlan guerrilleros que lucharon a sus órdenes. Se trata de Nuon Chea, ideólogo de la organización; Ieng Sary, ex ministro de Asuntos Exteriores del régimen y Khieu Samphan, autor del programa que convirtió Camboya en un inmenso campo de trabajos forzados.

En los últimos meses varios ex comandantes de los jemeres rojos han advertido que cualquier intento de capturar a sus jefes implicará la vuelta a una guerra civil.

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