Bush completa su Gabinete con un demócrata en una cartera de bajo rango
Encontrar al demócrata prometido no ha sido fácil. Mineta no es una figura de primera línea en el partido, como cabía esperar tras la oferta de 'unidad y reconciliación' que Bush lanzó tras su victoria. Con un Senado partido por la mitad ningún demócrata quería abandonar su escaño por un puesto en el Gobierno y otorgar así una mínima ventaja a los conservadores. Los demócratas también creen que si mantienen sus filas cerradas podrán recuperar la Cámara de Representantes en las elecciones legislativas de 2002.
'Soy un demócrata y estoy comprometido con mi Partido, pero las elecciones han terminado y es hora de construir un consenso bipartidista', dijo ayer Mineta, primer norteamericano de origen asiático en formar parte de un Gobierno cuando fue nombrado secretario de Comercio por el presidente Bill Clinton el pasado mes de julio. Durante 21 años fue congresista por California, hasta su retirada en 1995. Mineta vivió uno de los momentos menos gloriosos de la historia norteamericana cuando durante la Segunda Guerra Mundial fue internado en un campo de prisioneros en Estados Unidos por su ascendencia japonesa.
Bush también anunció el nombramiento de Spencer Abraham como secretario de Energía, un puesto clave para un presidente que ha prometido más prospecciones petrolíferas. El último de los 15 puestos del gabinete es para Linda Chávez como secretaria de Trabajo, lo que suma dos latinos en el nuevo Gobierno. Chávez es una especialista en inmigración que sirvió en la Comisión de Derechos Civiles y en la Casa Blanca durante el mandato del presidente Reagan. Se espera para antes de finales de esta semana la confirmación de Lawrence Lindsey, ex gobernador de la Reserva Federal, como asesor en temas económicos, y el nombramiento del director de la CIA, que podría quedarse en manos de su actual responsable, el demócrata George Tenet.
Por ahora Bush ha elegido a sus colaboradores entre los antiguos miembros de los gobiernos de Gerald Ford y Ronald Reagan y en el mundo empresarial. La mayoría son considerados conservadores pragmáticos que han recabado el consenso general salvo uno: John Ashcroft, senador republicano por Misuri, que ocupará el puesto de fiscal general en sustitución de la polémica Janet Reno. Ashcroft es conocido por sus posturas radicales, especialmente las antiabortistas. 'Espero que sea capaz de aplicar decisiones con las que no está de acuerdo publicamente', dijo el jefe de la minoría demócrata Tom Daschle.
Por otro lado, el recuento final de las elecciones presidenciales del pasado 7 de noviembre ha dado al demócrata Al Gore una ventaja mayor de la inicialmente calculada respecto a su contrincante. Gore sacó una ventaja a su adversario republicano de 533.000 votos, según las cifras hechas públicas por los Archivos Nacionales de Washington. Las primeras estimaciones sólo le daban un margen de 337.000 votos. El aumento se debe al recuento de las papeletas por correo. Las cifras confirman lo que ya se sabía: Gore ganó en votos populares, aunque acabó perdiendo la Casa Blanca debido al sistema electoral, lo que ocurre por primera vez en 112 años.
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