Un coche bomba causa 40 heridos cerca de Tel Aviv y desata el pánico entre los israelíes
Los presidentes Bill Clinton y Yasir Arafat se reunirán hoy en Washington, según confirmaron la Casa Blanca y fuentes palestinas. Arafat partió hacia la capital estadounidense a primera hora de la madrugada.
Durante los actos conmemorativos celebrados en Ramala por el 36º aniversario del movimiento palestino, uno de sus dirigentes, Marwan Barghuti, advirtió de que Israel pagaría muy caro el asesinato, el día anterior, de Thabet Thabet, miembro de la dirección de Al Fatah, de cuya muerte los palestinos responsabilizan al ejército israelí.Sin embargo, el Gobierno de Arafat condenó de inmediato el atentado de Netania.
Varios testigos manifestaron a la radio estatal que oyeron una fuerte explosión, seguida por otras dos más pequeñas, en el cruce que forman las calles de Herzl y Dizengoff, en pleno centro de Netania. Enseguida acudieron al lugar numerosas ambulancias y la televisión israelí mostró imágenes de la evacuación de los heridos; alguno de ellos, muy grave. Según fuentes policiales, la primera explosión estuvo provocada por un coche bomba activado por control remoto. Se trata del segundo atentado que se produce dentro de territorio israelí en cinco días. El pasado jueves, una bomba colocada en un autobús de línea de Tel Aviv dejó a dos personas heridas. El grupo extremista palestino Yihad Islámica reclamó la autoría del ataque. La tensión ha aumentado desde que la semana pasada se filtrara el contenido de un plan norteamericano de paz que no satisface ni a los palestinos ni a los ultranacionalistas israelíes.
Las reacciones políticas no tardaron en producirse. El ministro israelí de Comunicaciones, Benjamín Ben Eliezer, exigió a Barak la suspensión inmediata de las negociaciones de paz con los palestinos. 'Israel no debe negociar mientras día a día prosiguen los actos de violencia', aseguró a la televisión pública israelí, antes de entrar en la reunión de emergencia del Gabinete de seguridad. Sin embargo, el viceministro israelí de Defensa, Efraín Sneh, se mostró partidario de que el atentado no influya en el proceso de paz. 'Israel hará todo lo posible para castigar a los autores del ataque terrorista, pero las negociaciones de paz no dependen de este u otro hecho', aseguró.
La llegada del Año Nuevo había estado precedida de malos augurios. El domingo, además de la muerte del dirigente palestino Thabet Thabet, los israelíes se habían despertado con el asesinato de un extremista colono, Benjamín Kahane, y su esposa, Talia. El ataque se produjo en las cercanías del asentamiento de Ofrat, en una carretera al norte de Ramala donde tiradores palestinos atacan con frecuencia a los coches de los colonos.
Benjamín Kahane era hijo del rabino Meir Kahane, un extremista judío asesinado por un árabe hace 10 años en Nueva York, y dirigía Kahane Vive, un movimiento en memoria de su padre que está prohibido en Israel por su carácter antiárabe. El funeral por Benjamín y Talia Kahane, el domingo por la noche, se transformó en una manifestación contra las negociaciones de paz y el Gobierno de Barak. '¡Venganza, venganza! ¡Muerte a los árabes!', gritaron varios centenares de colonos y ultranacionalistas mientras acompañaban los féretros por las calles del centro de Jerusalén.
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