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Tribuna:LA HORMA DE MI SOMBRERO
Tribuna
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'Visca el Barça!' JOAN DE SAGARRA

El pasado jueves, el Quadern que semanalmente publica este periódico nos obsequió con un álbum de espléndidas fotografías de este siglo que ahora concluye, exactamente en la medianoche del día de hoy, fotografías escogidas por Colita. Como nos decía el camarada Fancelli, se trataba de escoger una serie de fotografías -en principio una por cada década- que "retratessin a Catalunya el segle que s'esmuny". Pues bien, vistas las espléndidas fotografías -18 en total-, se me ocurren las siguientes consideraciones.Lo primero que llama la atención es que la inmensa mayoría de estas fotografías están localizadas en Barcelona, lo cual en cierto modo es comprensible, dado que Barcelona es la capital de Cataluña, pero no se qué pensarán mis amigos de Espot (Pallars Sobirà), los cuales gracias a las centrales hidroeléctricas, los parques nacionales y las pistas de esquí han visto cómo cambiaba su vida en un siglo. También me llama la atención que el único político catalán de este siglo que aparece en las fotografías es Jordi Pujol. La foto, lo reconozco, es una preciosidad, pero ¿acaso no hay buenas fotos de Prat de la Riba, de Macià, de Companys o de Tarradellaas? También me llama la atención que no haya ninguna referencia a la cultura catalana de este siglo, es decir, que echo en falta una foto de Pau Casals dirigiendo su orquesta en el Palau; o una foto de la penya del doctor Borralleras en el Ateneo; o una foto de la intelectualidad catalana en Montserrat, en 1947, o una foto de Pla en su mesa camilla, en Llofriu, liando un pitillo... Y sobre todo, echo en falta una de las principales señas de identidad de este país, una identidad que ha hecho universal el nombre de Barcelona y que hace muy poco celebró su centenario. Me refiero, claro está, al Barça. Ninguna imagen, ninguna fotografía del Barça (y las hay extraordinarias).

Y ciñéndonos al cap i casal, a la ciudad de Barcelona, se me ocurren las siguientes reflexiones. Echo en falta una imagen de la transformación urbanística que ha experimentado la ciudad a lo largo del siglo. Tratándose de París, los colegas del Nouvel Obs. han escogido una imagen de las obras del metro; aquí, podíamos haber dado una imagen de la apertura del Eixample, allá por 1916, y, que yo recuerde, el cubrimiento de la calle de Aragó, o la desaparición de las chabolas (el chabolismo dio muy buenas imágenes), o el maridaje olímpico y definitivo de la Gran Encisera con el mar. No veo ninguna de esas u otras posibles imágenes y las hay a montones: desde las "impúdiques gàbies" del Congreso Eucarístico (Bellvitge) hasta el Teatre Nacional de Catalunya.

También echo en falta una imagen de una calle de Barcelona que en los años veinte -que culminan con la Exposición Universal de 1929- fue famosa en todo el mundo. Me refiero, claro está, al Paral.lel. Y cuando digo Paral.lel me refiero al Arnau de Raquel Meller y a El Molino de la Bella Dorita. Y compruebo que en el álbum fotográfico de la Cataluña del Quadern no hay ninguna pierna, ninguna voz ilustre. ¡Faltan los artistas! Faltan Enric Borràs, Mari Santpere, Charlie Rivel, Victòria dels Àngels, Margarida Xirgu, Capri, Carmen Amaya, Raimon -o Serrat, as you like it-, Copito de Nieve, Tete Montoliu, la familia Ulises, Mari Pau Huguet, Josep Maria Flotats...

La foto del incendio del Liceo, de Agustí Carbonell, es una gran foto. La descarto como fotografía del mundo cultural y la coloco en el apartado de catástrofes. Catástrofe relativa porque, a diferencia de la bomba del Liceo (a finales del siglo pasado), no murió nadie y el Liceo, hoy, está igual que antes, reconstruido detalle a detalle. Es un excelente homenaje a la burguesía catalana, fundamental en este siglo. Ahora bien, como catástrofe, yo me quedo con algunas imágenes estremecedoras de las riuades de septiembre de 1962 (que no salen en el álbum del Quadern). Del mismo modo que creo que falta una foto realmente insólita y espectacular de Barcelona: la de la gran nevada de las Navidades de 1962, con la gente esquiando en la calle de Balmes.

Pero, insisto, de lo que se trataba era de mostrar unas buenas, unas excelentes fotografías, y en verdad lo son. Otra cosa es la idea, la imagen que cada cual tiene del país y del siglo, y es evidente que ésa no ha de ser igual para un chaval del barrio de la Mina que para un anciano pescador de Cambrils. Cada cual tiene, se inventa su siglo. El cacho de siglo propio y el que arrastra de sus mayores. Y cada cual lo ilustra con las fotografías, mejores o peores, que conoce, que considera suyas. Por ejemplo, para mí, la foto de Franco en la Cataluña de este siglo no sería la morrocotuda foto de Francesc Simó -Recollida de les escombraries, de 1978, en la que se ve un retrato de Franco camino del camión de la basura- que viene en el Quadern, sino una foto de Franco, seguramente no tan buena, en que se le ve junto a doña Carmen y al abad Escarré entrando bajo palio en la basílica de Montserrat. ¿Por qué? Otro día se lo cuento.

Lo dicho, cada cual tiene sus fotos. Los colegas del Nouvel Obs. terminan el siglo de París con un recuerdo del accidente mortal de lady Diana en el subterráneo del Alma, del mismo modo que muchos lectores del Quadern tal vez hubiesen querido terminarlo con la multitudinaria manifestación del paseo de Gràcia tras el brutal asesinato de Ernest Lluch. Pero, puestos a ilustrar esta horma, hay una foto que exijo. La de mi Barça. El de Ramallets; Martín o Calvet, Biosca, Calvet o Seguer; Gonzalvo III, Gonzalvo II o Bosch; Basora, César, Kubala, Moreno y Manchón. Y es que gritar visca el Barça! es un poco decir adiós a este siglo que hoy termina y recibir al que nace esta noche, en Cataluña. Así pues, visca el Barça! visca Catalunya! Y buen año, un buen año para todos.

P. S. La cultureta nunca muere. Buena prueba de ello la tenemos en el inefable Nou Diccionari 62 de la Literatura Catalana (Edicions 62) y en La millor cuina dels bolets, de Llorens Petràs (de la misma editorial). En este libro, en la página 18, dedicada a la tòfona, a la trufa, hablando de nuestra trufa negra, puede leerse: "... Pocs grams són suficients per enriquir un plat, des d'una simple truita a la complicadíssima sopa polvoquiss, un plat que ara està molt de moda". ¿Polvoquiss? ¿Qué demonios será un polvoquiss? ¿Un polvobeso? ¡No! un polvokiss es... ¡Paul Bocuse!

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