Los socios españoles de Aresbank exigen a los árabes un plan antes de salvar el banco
Aresbank convocó ayer un consejo de administración para el próximo día 5 de enero con el único objetivo de aprobar una ampliación de capital "en una cantidad significativa" para hacer frente al desfase patrimonial que sufre la entidad. El Banco de España ha dado un ultimátum para recapitalizar la entidad o, de lo contrario, que comience una liquidación ordenada. Ayer, los cuatro accionistas españoles (BBVA, SEPI, Banco Atlántico y BSCH) decidieron supeditar su apoyo al banco al plan de capitalización que presente el presidente del mismo el 5 de enero.
El gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, pidió a los responsables del banco el pasado día 26 que amplíen capital de forma urgente o de lo contrario vayan a una liquidación de la entidad por el desfase de entre 4.000 y 5.000 millones que sufre el banco. Ayer, el consejo de Aresbank no tuvo el quórum necesario para tomar una solución al no estar presente el 66% del capital árabe. Había terminado el pasado miércoles el Ramadán y ayer celebraban la fiesta del cordero. Los accionistas mayoritarios no habían dado poderes al presidente, Luis Vañó.El consejo se celebró en la sede del banco en Madrid, pero con la asistencia de los cuatro accionistas españoles, que suman el 34% del capital. Al menos, los socios españoles se comprometieron a estudiar su apoyo a la ampliación de capital dependiendo del plan de capitalización que presente Luis Vañó en el consejo del día 5.
Aunque la entidad no ha hecho oficial ningún dato sobre el desfase patrimonial, analistas bancarios lo calculaban ayer en unos 5.000 millones de pesetas. Los socios españoles, en todo caso, acudirán a salvar al banco "siempre y cuando los accionistas árabes que han gestionado la entidad hagan lo propio, ya que suya es la responsabilidad en la gestión".
El Lybian Arab Foreign Bank, con el 30%, Kuwait Foreign Trading, con otro 30%, y Crédit Populaire d'Algérie, con el 6%, tienen en sus manos la solución de la crisis financiera del banco. El presidente de la entidad, Luis Vañó, que representa a este 66% del capital que controla totalmente la gestión, trataba ayer de convencer a los socios de control para que acudan a la ampliación de capital y transmitirlo al Banco de España. Lo lógico es que acudan, ya que se trata de cantidades pequeñas, decían fuentes cercanas al banco. A última hora de la tarde, Aresbank emitió un escueto comunicado en que decía que "el próximo 5 de enero se reunirá el consejo de administración para proponer a la Junta de Accionistas realizar una ampliación de capital en una cantidad significativa para asegurar la solvencia y liquidez de la entidad bancaria. Con esta medida, se logra consolidar de forma definitiva el futuro del banco despejando así las posibles dudas sobre su viabilidad".
De todas formas, la SEPI, que controla el 7,3% del banco, que heredó del antiguo Instituto Nacional de Industria (INI), ya había informado en la última junta de accionistas de que su intención era abandonar el capital del banco. Incluso la SEPI mantenía conversaciones con otro de los accionistas para venderle su participación.
Aresbank, una entidad atípica en su accionariado, nació en el año 1975 con unas claras connotaciones políticas para impulsar el comercio bilateral entre España y los países árabes nada más superarse la primera crisis del petróleo. Tras varios años de desarrollo y de buenos resultados económicos, en la década de los noventa, comienza a verse implicado en varios percances empresariales de relieve como Puerto Sherry, la constructora Huarte y recientemente en la aceitera Frint España.
El detonante de una crisis larvada durante años ha sido la reclamación al banco de 11.600 millones de pesetas por parte del ciudadano libanés Reda Alywan. La reclamación está basada en una sentencia del Tribunal Supremo sobre una finca en Marbella. El banco tiene unos fondos propios de 6.600 millones, ya que entre el pasado año y los nueve primeros meses del actual las pérdidas se han comido otros 6.000 millones.
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