Los presupuestos de Barcelona para 2001 prevén 3.000 millones de superávit
El Ayuntamiento de Barcelona aprobó ayer sus presupuestos, que ascienden a 245.000 millones de pesetas. Para el próximo año y por primera vez en el siglo, el consistorio ha previsto un superávit de unos 3.000 millones de pesetas que serán destinados a amortizar la deuda del consistorio. Este año podría cerrarse ya con un superávit de 22.000 millones de pesetas, que no figuraban en el presupuesto inicial. La oposición pidió más partidas para servicios sociales.
El pleno de ayer sirvió para que el equipo de gobierno y la oposición se enzarzaran en una guerra de cifras. Para la oposición, el superávit es casi una provocación, está construido sobre la base de una altísima presión fiscal y expresa una falta de sensibilidad del gobierno municipal por los ciudadanos, a los que priva de servicios."No es hoy el día para una discusión en profundidad sobre si el Ayuntamiento de Barcelona tiene que tener superávit". Lo dijo ayer en el pleno Emilio Álvarez, concejal del Partido Popular. Y el resto de los que tomaron la palabra le hicieron caso y decidieron pasar por alto, al menos en apariencia, la discusión en profundidad. La afirmación del concejal popular fue asumida por todos como una verdad tan evidente que nadie la puso en duda ni sacó el tema a colación. Sí se discutió, en cambio, sobre el origen del superávit y sobre la idoneidad del presupuesto.
"Cambio secular"
Una discusión que ayer fue casi suave, tanto, que el alcalde de Barcelona, Joan Clos, expresó al final, aunque con ciertas dosis de ironía, su satisfacción por el hecho de que se discutiera, "por vez primera en este siglo" sobre el superávit municipal. "Llevamos siete años con un presupuesto equilibrado y, al fin, nos lo reconoce la oposición sin que tengamos que decirlo. Les pido que reconozcan que nos encontramos ante un verdadero cambio secular. Más aún, estoy por pedir que se investigue en los siglos XIX, XVIII y XVII para saber si ha habido presupuesto con superávit".Clos añadió: "Con el superávit se puede reducir la carga fiscal o aumentar los gastos. Tenemos una deuda elevada y prestamos más servicios de los que nos corresponden, creo que ya es hora de legar menos deuda a las generaciones futuras".
La intervención del alcalde cerraba la discusión sobre el presupuesto. Antes, Sònia Recasens (CiU) y Emilio Álvarez (PP) habían planteado con contundencia, aunque sin acritud, sus posiciones claramente discrepantes con la de Clos y la habían debatido con el concejal de Hacienda, Ernest Maragall, que ayer contó con la ayuda de Eugeni Forradellas (IC) y Jesús Maestro (ERC), que también defendieron el presupuesto.
Sònia Recasens criticó el superávit municipal porque, dijo, se edifica sobre la presión fiscal y a partir de no realizar las inversiones que se comprometen, de forma que a final de año las partidas previstas para obras pasan a engrosar un supuesto ahorro. Una afirmación que fue rotundamente desmentida por Maragall.
Las inversiones municipales en Barcelona desde 1996 suman 183.000 millones
Ernest Maragall aseguró ayer que desde 1996 hasta 1999 el Ayuntamiento de Barcelona ha destinado a inversiones un total de 183.000 millones de pesetas. La cantidad presupuestada para esos cuatro años era de 169.000 millones de pesetas. "Ustedes", dijo, dirigiéndose a la bancos de la oposición, "se empeñan en decir que incumplimos el programa de inversiones, pero las cifras son las que son. Sólo en 1996 invertimos 32.000 millones, frente a los 33.000 millones previstos, el resto de los años hemos superado las partidas presupuestadas inicialmente".El concejal de CiU Joan Puigdollers propuso "destinar el superávit a guarderías". Fue el momento más tenso de la sesión. Marina Subirats, responsable de Enseñanza, replicó: "En materia de enseñanza tienen ustedes el techo de cristal, si es que tienen techo. La enseñanza es competencia del Gobierno de la Generalitat, pero no conseguimos que invierta. El Ayuntamiento de Barcelona destina a enseñanza, sin ser de su competencia, 2.300 millones de pesetas. La Generalitat, 141 millones. Peor aún, el presupuesto del Departamento de Enseñanza es el único que sube por debajo de la media del Presupuesto de la Generalitat. Éste sube el 7,3% y el de Enseñanza el 5,9%, con un descenso del 20% respecto al año pasado".
Jesús Maestro, de ERC, aseguró: "Cataluña y Barcelona tienen una financiación injusta, y es por culpa de CiU, que ha pactado mal". Maestro acusó a los representantes de CiU de pedir reducciones de impuestos e inversiones sociales para "lograr titulares de los medios que controla el Gobierno catalán".
Maestro y Emilio Álvarez tuvieron un enfrentamiento menor a cuenta del zoo. El concejal popular había pedido la privatización de varias empresas municipales, entre las que citó Smassa (sociedad que gestiona los aparcamientos) y el zoológico, además de reclamar la venta de la participación municipal en Mercabarna. Una petición, dijo el diputado republicano, que se inspira en la "marea Bush. Usted quiere convertir el zoológico en un mcdonald's". Maragall también rechazó la propuesta y señaló que la sociedad que gestiona los aparcamientos no lo hace con criterios de negocio, sino de forma estratégica pensando en la organización general del tráfico de la ciudad.
El pleno aprobó también la protección del panóptico -torre central de vigía- de la cárcel Modelo de Barcelona. Otro de los puntos de fricción de ayer en el pleno. El primer teniente de alcalde, Xavier Casas, aseguró que el consistorio está totalmente decidido a preservar el panóptico y que no piensa acceder a las pretensiones del Gobierno catalán de recalificar los terrenos de la cárcel para construir viviendas.
Un pleno breve
El pleno de ayer, último del siglo y del milenio, fue especialmente breve. Los portavoces de los diversos grupos pactaron previamente que sus intervenciones serían especialmente sucintas y, en términos generales, respetaron lo pactado.El concejal Ernest Maragall, que como responsable de Hacienda fue quien ayer más intervino, dejó claros los motivos: "Estamos obligados a celebrar el pleno, pero no tenemos ningunas ganas de hacerlo", dijo, en referencia al pesar que sentía el consistorio por el atentado que costó la vida al policía local Juan Miguel Gervilla.
Los representantes de los grupos municipales pactaron también la supresión de un punto del orden del día sobre la seguridad ciudadana que, presumiblemente, hubiera puesto de relieve las discrepancias entre el gobierno local y la oposición sobre las funciones y la situación de la Guardia Urbana. Juntos decidieron que no era el mejor momento para este debate.
Fuera del orden del día quedaron también los habituales ruegos y preguntas que cierran los plenos.
700 pesetas para BTV
Barcelona Televisió (BTV) cuesta a cada barcelonés 700 pesetas anuales. Para la oposición, es un desastre; para el gobierno municipal, una maravilla. El pleno de ayer aprobó un crédito extraordinario para cubrir el presupuesto de la emisora. La oposición votó en contra.Emilio Álvarez y Ernest Maragall mantuvieron una pequeña diferencia de opiniones sobre la programación del canal municipal. Álvarez cree que no lo ve nadie porque no vale la pena; Maragall expresó su orgullo por una programación que, aseguró, "nunca será como la de TVE-1". Pero BTV amenaza con tener otros efectos sobre los miembros del consistorio. La retransmisión en directo de los plenos obliga a dejar abiertas las puertas de una sala que, obviamente, no está pensada para la cámaras, ya que los cables impiden cerrarlas. El resultado es una inclemente corriente de aire que ayer obligó a algunos concejales a tomar medidas. Carme San Miguel, responsable de Vía Pública, que se sienta justo en el centro del vendaval, acabó con una gabardina enrollada en las piernas.
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