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La policía halla un cadáver descuartizado en el congelador del almacén de unos ladrones

El cadáver de un hombre descuartizado en decenas de trozos, escondido en un congelador y cubierto de escarcha, fue descubierto por la policía en la tarde del pasado lunes, durante el registro de un local de la calle de los Misterios, 65, usado como almacén por un grupo de ladrones. Los investigadores desconocen la identidad del fallecido, que aparenta unos 25 años. La policía cree que podría tratarse de un miembro de la banda o de una víctima de un robo. El local era utilizado por una organización de ladrones de comercios, dos de cuyos miembros han sido detenidos.

Tienda de ordenadores

Agentes de la comisaría de Latina seguían desde hace unos seis meses a los supuestos miembros de una banda de ladrones que desvalijaban de noche perfumerías como Juteco por el método del alunizaje -estrellar un coche contra el escaparate del establecimiento para tener acceso al interior y vaciarlo-. Durante el seguimiento de los sospechosos, los agentes comprobaron que los supuestos miembros de la banda solían acudir a un local de la calle de los Misterios, en el barrio de la Concepción.La policía procedió a las tres de la tarde del lunes pasado a la detención de dos de los supuestos miembros de la banda: Alberto Sainz García, de 25 años, natural de Cuenca, y David Ferreiro Jeire, abulense de 24. Les aguardaron por las inmediaciones del local y se abalanzaron sobre ellos en la entrada del portal. Les esposaron y entraron en el almacén gracias a la llave que portaba uno de los arrestados. En el interior, la policía halló numerosas cajas de perfumes y otros objetos supuestamente procedentes de robos.

Un arcón congelador, cerrado con llave, llamó la atención de los agentes. Éstos exigieron a los presuntos ladrones que lo abrieran y, al hacerlo, descubrieron el cadáver de un varón de unos 25 años despedazado en decenas de trozos. "Mi marido lo vio porque la policía le pidió que bajara como testigo al registro del local. En el arcón vio un brazo y una mano, que se habían quedado congelados, cubiertos de hielo, de color blanco", explicó Cándida, una vecina del inmueble. Otra vecina que se encarga de limpiar el portal del inmueble ya advirtió hace unos 10 días de que salía un olor "extraño" del local.

El Juzgado de Instrucción número 12 de Madrid procedió al levantamiento del cadáver. El cuerpo fue trasladado al Instituto Anatómico Forense para su reconstrucción. Aparentemente, el cuerpo está completo, según fuentes policiales.

La identidad de la víctima era un misterio en la tarde de ayer. La policía sospecha de que podría tratarse de algún otro miembro de la banda, dado que tiene una edad muy similar a la de los detenidos, aunque no descarta que pueda ser una víctima de un atraco, asesinada al presentar resistencia.

La policía llevó ayer a los dos detenidos al local para pedirles explicaciones acerca del material almacenado y la procedencia del cadáver. Los agentes del Grupo de Homicidios requisaron numerosos objetos guardados en una decena de bolsas de plástico, supuestamente procedentes de golpes contra perfumerías. La policía atribuye a la banda los alunizajes perpetrados durante la madrugada del domingo pasado en dos perfumerías de las calles de Alonso Cano (distrito de Chamberí) y Jerónima Llorente (Tetuán), según fuentes policiales.

Los detenidos tenían alquilado el local a la dueña, Paloma Torrano, desde el 1 de diciembre. "Los dos chicos le dijeron a mi tía que querían el local para montar una tienda de ordenadores y le pagaron tres meses por adelantado", explicó Óscar García, sobrino de la propietaria. La banda de aluniceros utilizaba el local como almacén de objetos robados. "Había movimientos extraños, normalmente por las mañanas. Se veía a jóvenes meter cajas, pero las dejaban ahí y no volvían por ellas", explicó otro vecino.Hace un año, en el local había instalada una tienda de venta de frutos secos, bocadillos y chucherías, que vendían a los colegiales de la zona, que regentaba el hijo de la propietaria, David García. Pero el negocio no fue bien y tuvo que cerrar. La tienda se llamaba Bocados.

Uno de los detenidos, Alberto Sainz García, cuenta con seis antecedentes por delitos contra la propiedad y una orden de detención e ingreso en prisión de la Audiencia Provincial de Madrid por un delito contra la salud pública (tráfico de drogas). El otro arrestado, David Ferreiro Jeire, carecía hasta ahora de antecedentes policiales.

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