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Israelíes y palestinos reanudan el diálogo en Washington tras dos meses de violencia

Delegaciones israelíes y palestinas reanudarán a partir de mañana en Washington las negociaciones de paz, interrumpidas hace más de dos meses por decisión unilateral del Gobierno de Ehud Barak como represalia por la Intifada. El objetivo de los negociadores es intentar llegar a un acuerdo antes del 20 de enero, en que finaliza el mandato del presidente estadounidense, Bill Clinton, otorgando al mismo tiempo al primer ministro israelí, Barak, un programa electoral en el que se incluiría como elemento principal un acuerdo de principio de paz, con el que espera vencer en las próximas elecciones.

Las dos delegaciones viajarán hoy por separado hacia Estados Unidos, donde la Administración de la Casa Blanca ha previsto para los próximos días varios encuentros por separado, que podrían culminar con una reunión tripartita bajo la presidencia de Bill Clinton, en el caso hipotético de que se pudiera firmar un principio de acuerdo, según se aseguraba ayer en círculos políticos de Israel.Los representantes del Gobierno israelí y palestinos, la Administración de Estados Unidos y la propia Unión Europea han creído imprescindible en esta situación evitar un encuentro directo entre Yasir Arafat y Ehud Barak, ya que las relaciones entre los dos líderes se encuentran muy deterioradas y cualquier entrevista precipitada podría abocar estos contactos a un "fracaso seguro". Por esta razón, israelíes y palestinos han acordado estructurar unas delegaciones sólidas, que les permitan "abordar todos los temas", incluso los más intrincados, como son el futuro de Jerusalén o el retorno de los refugiados.

Mejoras sustanciales

La delegación de Israel estará presidida por el ministro de Asuntos Exteriores y Seguridad Interior, Slomo Ben Ami, y en la que se encuentra, entre otros miembros, Gilad Sher, el jefe del gabinete del primer ministro. La representación palestina estará configurada por el ministro de Información, Yasser Abed Rabbo, el negociador Saeb Erekat, y el jefe de la Seguridad Preventiva Palestina en la Banda de Gaza, Mohamed Dahlan. Las negociaciones tendrán como punto de partida los acuerdos no escritos de Camp David, pactados el pasado mes de julio entre Arafat y Barak, aunque se han añadido a estas propuestas algunas mejoras sustanciales, entre las que se encuentran la devolución a los palestinos del 90% de Cisjordania, un 3% adicional de territorios en el interior de Israel, el retorno de diversos barrios árabes de Jerusalén Este o la administración de la Explanada de las Mezquitas, aunque no la soberanía, que continuará en manos de Israel.

Los negociadores israelíes pretenden que los palestinos accedan a dejar aparcado el retorno de los refugiados; una medida que afecta a unos seis millones de personas.

"La paz no sólo es una demanda palestina o israelí, es también una necesidad internacional", aseguraba ayer el presidente Yasir Arafat a un grupo de parlamentarios pacifistas israelíes en Gaza, al anunciar la reanudación inminente de las negociaciones de paz en Washington. Arafat recalcó al mismo tiempo su voluntad y disposición a entrevistarse personalmente con Barak, si ello "ayuda a la paz".

Las declaraciones de buena voluntad de Yasir Arafat eran una respuesta diplomática y cordial a un mensaje que horas antes había lanzado el primer ministro Ehud Barak, quien afirmó que estaba dispuesto a "perder su sillón para seguir trabajando en favor de la paz con los palestinos".

Sin embargo, a renglón seguido Barak precisó que no quería "llegar a un acuerdo a cualquier precio", aunque estaba dispuesto a pagar un importe elevado para "impedir que la guerra se prolongue". "No hay otra alternativa que ir hacia delante, es imposible dar marcha atrás", concluyó Barak en un discurso pronunciado ante un grupo de militares israelíes.

Condiciones a Arafat

La reanudación de las negociaciones no supondrá por el momento la paralización de la Intifada, que lleva ya más dos meses y medio y que se ha salado con cerca de 250 víctimas. Ésta es una condición que los partidos políticos palestinos, incluido el gubernamental Al Fatah, han impuesto al presidente Yasir Arafat para no vetar y poner trabas al encuentro de Washington, aunque otras organizaciones más radicales, como Hamás, reclaman insistentemente el abandono de todo contacto con Israel, al menos mientras dure la represión del Ejército israelí."La Intifada seguirá, y ello no contradice la continuación de las negociaciones con Israel", recalcó Mohamed Dahlan, quien asimismo había condicionado su reincorporación al equipo de negociadores palestinos (del que estuvo ausente el pasado mes de octubre en la cumbre de Sharm el Sheik) a que no se pusiera freno a la revuelta.

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