La polémica ley de cajas
El debate final sobre el proyecto de Ley de los Presupuestos de la Junta de Andalucía, que se planteará en el pleno del Parlamento de esta semana, quedará, a buen seguro, relegado a un segundo plano por la fenomenal polémica que viene generando la Ley de Cajas.Sin duda que el presidente andaluz, Manuel Chaves, ni se imaginaba que esta iniciativa iba a propiciarle tantos dolores de cabeza y máxime con los presidentes de las cajas sevillanas, a la sazón militantes de su propio partido, el PSOE.
En estos días, de nuevo, se tendrán que realizar esfuerzos políticos para evitar que la sangre llegue al río y que los "cajeros" se decidan a convocar, con el permiso de sus respectivos consejos de administración, las asambleas para abordar de nuevo la aprobación de los estatutos, una vez modificados por la Consejería de Economía y Hacienda. Al margen de los entendimientos que, in extremis, se puedan alcanzar, con las rectificaciones de unos y otros, en la Consejería de Economía tienen claro que el calendario de la aplicación de la ley no tiene por qué interrumpirse, por tanto, a la vuelta de la esquina, deberán iniciarse los procesos para la renovación de los órganos de gobierno de las entidades. Es aquí donde se ubican los mayores temores de unos mandatarios que gozan de excelentes retribuciones, viajes y mantienen una envidiable posición social que les permite derrochar su generosidad según convenga.
Eso puede que se acabe pronto, al menos para ellos, de ahí el temor al vacío, aunque el que más y el que menos ya tiene su vida resuelta puesto que han ahorrado como hormiguitas. De todas formas, lo único que falta ahora es que en el escenario aparezca el alcalde de Sevilla, el socialista Alfredo Sánchez Monteseirín, quien tal vez esté tentado de aferrarse a los localismos más exacerbados para encontrar aire en el debate ciudadano en el que está bastante desvaído después de sus más recientes meteduras de pata. Situarse de palmero en este juego puede que tan sólo sirva para hacer el acompañamiento necesario a unos solistas que siguen su propio compás desde hace mucho tiempo.
También, a medida que pasen estos días, se irán conociendo nuevas deserciones en el Partido Andalucista para engrosar las filas del Partido Socialista Andaluz, cuya creación ha impulsado el alcalde de Jerez, Pedro Pacheco. Este invento, que ahora comienza a dar sus pasos, forma parte de la estrategia del jerezano para propinar el mayor daño posible a su contrincante Alejandro Rojas-Marcos. Mientras tanto, es evidente que la pelea entre colosos arrincona, una vez más, a Antonio Ortega a quien no le ha dado tiempo para lucirse como flamante secretario general del PA, con tanta expulsión y purgas que llevar a cabo en su propio partido, a no ser que fuera ése su verdadero cometido.
En el plano institucional hay que estar, igualmente, atentos al último esfuerzo negociador, al más alto nivel, que se espera realice en estas jornadas la UE ante Marruecos para desbloquear las negociaciones y dar paso así a un nuevo acuerdo pesquero. Urge un entendimiento entre la Administración central y la Junta ante lo que se plantea como inminente reconversión del sector. Si como parece, la renovación del Tratado no es posible, lo mejor será que cuanto antes ambas instituciones comiencen a trabajar de forma conjunta para amortiguar al máximo el impacto social que supondría el desmantelamiento de toda una industria de la que dependen miles de familias andaluzas.
También hay que seguir de cerca la suerte que correrá en el Congreso la iniciativa que planteará CiU para que el 1% de los impuestos que gravan el consumo del tabaco vaya a parar a la Sanidad, con el fin, así, de financiar parte de los costes que supone el tratamiento de las enfermedades relacionadas con el tabaquismo. Una propuesta que nos hace recordar la que incluyó Manuel Chaves en su discurso de investidura y que falta hace que llegue a concretar con resultados inmediatos.
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