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Los investigadores creen que el móvil del crimen de Vitoria fue la violación

El móvil sexual es la hipótesis que cobra más fuerza en el caso del presunto asesinato de Ana Rosa Aguirrezabal, la mujer de 34 años que fue hallada muerta ayer, con el cuello seccionado, en el interior del bar Acua de Vitoria, en el que realizaba labores de limpieza. Una camarera encontró el cadáver de la joven con los pantalones bajados y en medio de un gran charco de sangre. El secreto decretado por el titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Vitoria, Jesús Pino, sobre las investigaciones ha impedido que trasciendan más detalles sobre lo sucedido.

Sobresaltos

El crimen se produjo cuatro días después de que otra joven denunciara su violación en un parque de la periferia de la ciudad, después de haber sido secuestrada por tres hombres en un céntrica calle de Vitoria. Sus agresores la introdujeron en un coche y la llevaron a un gran espacio verde del extrarradio, donde uno de ellos la forzó, según relató la víctima a los agentes de la Ertzaintza que la atendieron. El propio consejero de Interior, Javier Balza, considera "prematuro" establecer relaciones entre estos dos casos y otras violaciones ocurridas en el País Vasco, aunque admite que la sociedad exija a la Ertzaintza resultados inmediatos dada la alarma social que provocan.La consternación, la impotencia y la rabia son los tres sentimientos que mejor reflejan el estado de ánimo de familiares y vecinos de la joven Ana Rosa Aguirrezabal, que era prima del propietario del bar Acua. En el barrio de Arana, donde residía la víctima, lo sucedido se acogió con sorpresa e incredulidad.

"Es increíble que existan animales como esos sueltos por el mundo. Parece que son crímenes que sólo pueden ocurrir en otras ciudades", indicó una vecina que conoce a la familia de la joven asesinada en el vecino barrio de Judizmedi. Y es que Vitoria ha vivido con el de ayer dos sobresaltos en diez días. La pasada semana, fue hallado en un descampado de la ciudad el cadáver calcinado de un industrial en el interior de su vehículo. La Ertzaintza investiga este suceso y no descarta ninguna hipótesis. La familia del industrial, afincada en la localidad guipuzcoana de Azkoitia, rechaza que fuera un suicidio."Creíamos que con la detención de Koldo Larrañaga [el autor confeso de dos crímenes] se había terminado la pesadilla, pero parece que no es así. Con lo tranquila que era Vitoria hasta hace unos años", se lamentaba otro vecino del barrio de Arana. La familia de la víctima ha solicitado a los medios de comunicación que respeten el dolor que les embarga en estos momentos tras la trágica pérdida de Ana Rosa.

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