Los defensores de L'Horta impulsan una iniciativa legislativa popular para lograr su protección

La Plataforma per un Cinturó d'Horta, que aglutina a decenas de asociaciones vecinales, colectivos culturales, grupos ecologistas, sindicatos y todo tipo de agrupaciones cívicas, ha decidido impulsar una iniciativa legislativa popular para impulsar la protección de la huerta valenciana mediante una ley específica. Hartos del continuo acoso urbanístico y de la degradación que sufre este paisaje tradicional, los defensores de la huerta quieren recoger un mínimo de 50.000 firmas, cantidad que según la legislación valenciana fuerza la tramitación de una ley aunque no la proponga ningún grupo parlamentario.

Según los promotores, desde la campaña Viure sense nuclears no se había promovido una iniciativa legislativa. La presentación de la campaña de la Plataforma per un Cinturó d'Horta será el próximo miércoles día 20 en el Aula Magna de la Universidad de Valencia.Y para el acto de presentación de la Iniciativa Legislativa Popular para la declaración de L'Horta de Valencia como un Espacio Natural Protegido se está convocando a todos los colectivos que se han destacado en la defensa de la huerta así como a los numerosos intelectuales que han prestado su apoyo incondicional durante los últimos años.Dos han sido los hechos que han dado alas a los colectivos que apoyan la huerta. El primero fue el informe del Consell Valencià de Cultura (CVC), órgano consultivo de la Generalitat que abogó en verano en un dictamen pesimista por la necesidad de proteger con medidas urgentes tan valioso patrimonio cultural. El segundo fue la reciente decisión del Consejo de Europa de debatir en enero el informe del CVC.

Apoyo de 11 instituciones

Aunque en teoría todas las instituciones reconocen públicamente los valores culturales, medioambientales, económicos y sociales de L'Horta, en la práctica el acoso es insostenible y la degradación continua. Así, en el dictamen del CVC hasta 11 instituciones y entidades consultadas por el organismo que dirige Santiago Grisolía abogaron por su protección. Incluidas la Consejería de Medio Ambiente y la Consejería de Obras, Públicas, Urbanismo y Transportes (COPUT).La primera, dirigida por Fernando Modrego, reconocío la necesidad de "abordar sin dilación" el problema, "estableciendo criterios de protección y definiendo un modelo futuro para la huerta que establezca, de una vez por todas, el papel territorial que los valencianos queremos otorgar a este espacio".

Por su parte, la COPUT, en manos de José Ramón García Antón, defendió los valores de la huerta al norte de la ciudad de Valencia, y hasta apoyó a los vecinos (que pusieron 11.000 alegaciones) para lograr frenar el proyecto del cierre norte del Tercer Cinturón de ronda de Valencia (la V-30 a lo largo del barranco del Carraixet), ya que este proyecto promovido por el Ministerio de Fomento era superfluo para el Consell. Sin embargo, la COPUT no ha empleado el mismo criterio para defender L'Horta al sur de Valencia, apoyando con todas sus consecuencias la construcción de una Zona de Actividades Logísticas (ZAL) para el puerto de Valencia en 700.000 metros cuadrados de huerta protegida de La Punta y Natzaret.

Especial protección

Este proyecto ha sido el que ha colmado el vaso de las agresiones, a juicio de la Plataforma. El Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Valencia, aprobado en 1988, suponía proteger en el planeamiento toda la huerta valenciana a costa de sacrificar la de Campanar. Sin embargo, el plan especial de la ZAL, aprobado por la alcaldesa Rita Barberá, del PP, y apoyado por Obras Públicas, suponía reclasificar la zona, que era suelo no urbanizable de especial protección.Ni los concenciosos-administrativos interpuestos por los vecinos afectados, grupos ecologistas, partidos políticos y asociaciones culturales, ni las múltiples manifestaciones en defensa de La Punta han logrado paralizar el proyecto. Los vecinos afrontan ahora mismo los expedientes de expropiación de sus tierras.

Los promotores esperan que 50.000 firmas convenzan al Consell de la necesidad de una ley que salve de una vez la huerta.