Chirac asegura que no testificará ante un juez por el caso de la financiación ilegal de partidos
El presidente de Francia, Jacques Chirac, aseguró anoche que no sabía nada de que su partido, la Unión por la República (RPR), hubiera organizado un sistema de financiación ilegal con comisiones obtenidas por la adjudicación de obras en los institutos de la región de París, entre 1990 y 1996. Además, consideró increíble la versión de que su partido y los socialistas llegaron a un entendimiento para repartirse dichas comisiones. Chirac apeló a su inmunidad presidencial y dijo que, aunque quisiera, no testificaría ante los jueces, ya que es garante de la independencia de la justicia en su condición de jefe de Estado.
Viviendas sociales
"Que hubiera entendimiento con una empresa, es muy probable", aceptó Chirac. "Pero que haya existido un sistema en que los partidos políticos de la mayoría y de la oposición se hayan puesto de acuerdo para repartirse no se sabe qué pastel... si eso se demostrara, yo sería el primero en condenarlo; pero, honestamente, no lo creo". Y agregó que, en la hipótesis de que eso llegara a demostrarse, "habría seriamente que pedir la devolución de las sumas en cuestión". El supuesto pacto para el reparto de comisiones ha sido manifestado a dos jueces de París por personas vinculadas a la financiación del RPR y del Partido Socialista (PS)."Yo soy el garante de la justicia, yo soy el presidente del Consejo de la Magistratura", afirmó, para sostener que hay que diferenciar entre "justicia" y "justicia-espectáculo" y para dejar patente que no va a comparecer ante los jueces.
La Constitución prevé que el jefe del Estado responda "ante los franceses" y no es "un ciudadano como los otros", insistió, debido a la función institucional que desempeña en virtud del esquema constitucional. Y también por ello, insistió en que no puede permitir que se ponga en cuestión a personas interrogadas por la justicia, mientras no sean condenadas. Uno de sus próximos, Michel Roussin, está procesado en el caso de los liceos de la región de París.
Chirac hizo estas declaraciones al final de una entrevista de tres cuartos de hora concedida anoche a la cadena de televisión francesa TF1. El jefe del Estado dedicó buena parte del espacio a defender el, según él, excelente balance de la presidencia francesa de la UE y a dejar claro que se opone a la iniciativa del primer ministro, el socialista Lionel Jospin, para anticipar las elecciones presidenciales, a fin de que se celebren antes de las legislativas.
Pero la entrevista fue programada para salir al paso de la escalada del clima de corrupción que se vive en Francia. En unas semanas, lo que se arrastraba como una historia más se ha convertido en un escándalo mayúsculo, tras la detención de varios implicados. Las filtraciones de lo que han declarado antes los jueces apuntan a que tres partidos políticos se entendieron secretamente para repartirse 600 millones de francos (algo más de 15.000 millones de pesetas) aportados por adjudicatarios de obras de construcción o modernización de liceos, lo cual representa el 2% de las adjudicaciones hechas entre 1990 y 1996 en la región de París, según la investigación judicial.
En el reparto intervinieron personas vinculadas al RPR, entonces presidido por Jacques Chirac; pero también participaron el Partido Republicano (hoy, Democracia Liberal) y el Partido Socialista. El presunto pacto ilegal se estableció entre los partidos representados en el Consejo de la región de París. El RPR organizó el sistema clandestino de colecta de fondos y dio de comer a los demás partidos representados.
En paralelo con este circuito ilegal, se desarrolló otro basado en comisiones por la construcción y reparación de viviendas sociales. Sobre este asunto existe un testimonio clave: el que dejó grabado, antes de morir, la persona que lo había organizado, Jean-Claude Méry. "Trabajábamos únicamente a las órdenes de Chirac", afirma el ex financiero oculto del RPR en su testimonio póstumo.Todo apunta a Chirac en uno y otro escándalos. Sin embargo, el presidente de la República ha eludido hasta ahora todos los golpes. Ayer mismo, los jueces instructores de otra supuesta malversación de fondos en el Ayuntamiento de París cuando Chirac era alcalde se declararon incompetentes para pedir su comparecencia como testigo en la causa. Los jueces subrayan que carecen de jurisprudencia del Tribunal Supremo sobre la eventual responsabilidad penal de un presidente de la República en activo.
Por otro lado el fiscal jefe del Tribunal de Apelación de París, Alexandre Benmkhlouf, presentó ayer su dimisión a raíz de los artículos periodísticos que ponen en duda su imparcialidad en relación con acusaciones contra antiguos colaboradores de Chirac.
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