El 71% de los vascos cree que su Gobierno es ineficaz contra la violencia callejera

La percepción que tiene la sociedad vasca de la actuación del Gobierno autónomo contra la violencia callejera de apoyo a ETA ha empeorado de forma apreciable, según el último Euskobarómetro, el sondeo que realiza el departamento de Ciencia Política de la Universidad del País Vasco (UPV), correspondiente a noviembre. El 71% de los vascos considera negativa la actuación del Ejecutivo de Juan José Ibarretxe en la lucha contra la kale borroka y creen que adolece de falta de energía y eficacia para prevenirla y cortarla de raíz.

Dicha opinión no es sólo mayoritaria entre los votantes no nacionalistas (un 83%), los que pueden estar más afectados por una sensación de inseguridad al ser objetivo preferente de ETA, sino también entre los nacionalistas, donde esa censura alcanza un 55%.En esta ocasión, el Euskobarómetro pretendía preguntar directamente a los encuestados sobre la labor de los responsables de la política de seguridad, en manos del consejero de Interior, el peneuvista Javier Balza, en vez de hacerlo como en la encuesta anterior (hace seis meses) sobre la actitud de la Ertzaintza ante este tipo de violencia. "Si la sensación de inseguridad ya era fuerte en la anterior encuesta, al preguntar no por la policía, sino sobre los responsables políticos, se nos han disparado los índices", reconoció ayer el director del estudio sociológico, Francisco Llera, al presentar los datos del mismo.

El paro sigue siendo considerado por los vascos su principal problema, pero el retorno de ETA ha hecho que el terrorismo suba 21 puntos en un año en la lista de principales preocupaciones. Los vascos están satisfechos con su autogobierno, pero un 85% reclama a los políticos que alcancen un pacto sobre la autodeterminación, aunque reconocen no estar informados sobre este asunto.

El retorno de la organización terrorista ETA al asesinato y el chantaje tras 14 meses de tregua comienza a tener un reflejo en las encuestas sobre la situación. Pese a la percepción generalizada de bienestar por el buen nivel de vida, superior a la media española en numerosas variables, los vascos han sucumbido de manera generalizada al pesimismo político y, por primera vez, se ha erosionado a lo largo de este último semestre el optimismo económico que llegó a la sociedad vasca con la tregua de ETA.

Pero esta sensación de creciente pesimismo no ha pillado desprevenida a la gente y de nuevo, como ya se reflejó en el Euskobarómetro de 1997 tras el asesinato del edil popular de Ermua Miguel Ángel Blanco, "la opinión pública se aglutina en torno al rechazo frontal y sin matices al terrorismo de ETA, superándose el máximo de 1997" -que llegó casi al 60%-, lo que, a juicio de Llera, "erosiona claramente la sociología de HB". Algo que ya se vio en 1997 con la pérdida de votos de la coalición abertzale y que ahora aflora de nuevo tímidamente al constatarse en la encuesta que el apoyo incondicional a la violencia entre los votantes de HB retrocede hasta el 8% (12 puntos menos que hace seis meses), mientras que crece la justificación crítica (el 33%) y se incrementa el rechazo explícito, que pasa del 2% al 5%.

Algunas de las variables del último Euskobarómetro se mantienen. Sólo algo menos de un tercio de los encuestados se siente libre para hablar de política con todo el mundo, mientras que la mitad de los vascos sólo habla de política con algunos y el 17% no se atreve a hacerlo con nadie.

También persiste la cifra de un 13% que asegura estar dispuesta a marcharse de Euskadi si se le ofrece las mismas condiciones de vida en otro sitio. Y, de nuevo, el Euskobarómetro revela el desapego de la sociedad vasca hacia la política del Gobierno de José María Aznar. Para algo más de la mitad de los vascos (54%), la labor de Aznar al frente del Ejecutivo está siendo negativa, frente a un 24% que la considera positiva y casi una quinta parte que se sitúa en una posición neutra.

De hecho, al ser preguntados sobre las actuaciones políticas desde la tregua, los encuestados suspenden de forma generalizada a casi todos los partidos, sobre todo constitucionalistas, a los medios de comunicación, al Gabinete Aznar, aunque también al Pacto de Lizarra y a Euskal Herritarrok.

Pese a todo, los vascos endosan la percepción más negativa al actual ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja (con un -70%), y al presidente del Gobierno, José María Aznar, que llega al máximo de la encuesta con un 72% negativo. El lehendakari, Juan José Ibarretxe, es el único aprobado (con un 50% positivo), aunque retrocede 42 puntos de su saldo positivo de hace algo más de un año.