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Roldán y Urralburu, condenados en Suiza por blanqueo de capitales

El juez Perraudin, que les ha impuesto multas, libera algunos fondos por falta de pruebas

José María Irujo

El juez Paul Perraudin ha condenado por blanqueo de capitales en Suiza a Luis Roldán, ex director general de la Guardia Civil, a Gabriel Urralburu, ex presidente del Gobierno de Navarra, y a Jorge Esparza, ex director comercial de Huarte. Antonio Aragón, ex consejero de Obras Públicas del Ejecutivo foral, ha sido absuelto. La condena no implica prisión, sino multas económicas. Perraudin señaló a EL PAÍS que algunos fondos embargados se han liberado.

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Fondos liberados

Roldán, Urralburu y Esparza se suman a la variopinta lista de funcionarios corruptos, dictadores, traficantes, comisionistas, reyes de la mordida y delincuentes de toda índole que tras ocultar su tesoro en los bancos suizos han sido juzgados y condenados por los tribunales de ese país por blanqueo de capitales, un delito que en los casos graves conlleva penas de hasta cinco años de cárcel. En el listado figura también Luis Oliveró, el ex gerente de Filesa condenado en España a 10 años de cárcel. Perraudin le impuso en 1998 un multa de 10 millones. Ninguno ha recurrido, por lo que los fallos son firmes.Las condenas que se les han impuesto han sido "modestas" porque el juez suizo ha tenido en cuenta que en España los tres fueron sentenciados a penas de 31, 11 y 12 años de cárcel respectivamente, así como a multas de centenares de millones. El ex director general de la Guardia Civil, de 56 años, cumple su castigo en la cárcel de Brieva (Ávila); el antiguo directivo de Huarte, de 55 años, la purga en Alcalá-Meco (Madrid), y el ex secretario de los socialistas navarros, de 50, aguarda en su domicilio pamplonés la vista del recurso de casación que en enero se planteará ante el Supremo.

Sin acuerdos ni pactos

En los tres casos, las condenas por blanqueo de capitales dictadas en Ginebra son multas millonarias que se han detraído de sus cuentas en varios bancos de Ginebra, y han ido a parar a las arcas de la Confederación Helvética y del cantón de Ginebra por el que fue elegido mediante sufragio Paul Perraudin, el magistrado que les ha condenado.

En estos fallos, Perraudin ordenó también el decomiso de la "mayoría" de los fondos que los condenados por blanqueo de capitales ocultaban en Suiza. Así, Perraudin remitió en noviembre de 1999 a la Fiscalía Anticorrupción española 525.577.999 pesetas, de los que 372.330.083 corresponden a las cuentas de Aragón, 149.283.689 a Urralburu y 3.964.227 a Roldán. Este último consiguió salvar los 1.700 millones que tenía en el banco CBI-TDB y con la ayuda de Francisco Paesa los colocó bajo la coraza del paraíso fiscal de Singapur.

A la pregunta de si la justicia suiza ha liberado fondos de sus cuentas embargadas, Paul Perraudin responde a EL PAÍS: "La mayoría de los fondos de estas personas han sido confiscados y remitidos a las autoridades españolas porque éstas me demostraron que su origen era ilícito, pero sí ha habido fondos liberados, porque en algunos casos las pruebas eran insuficientes. No se podía probar su ilegalidad. En ocasiones es muy difícil demostrar el origen criminal del dinero. Es un trabajo de hormiga".

El juez suizo declinó revelar de quiénes eran esos fondos liberados ni facilitar detalles sobre las sentencias, pero todo apunta a que Esparza ha sido uno de los afortunados que ha blindado su botín. Del ex director de Huarte, que introdujo en los bancos suizos al resto del clan, el juez suizo no ha enviado ni una sola peseta a España. Ocultaba alrededor de 500 millones en cuentas abiertas a su nombre y al de su madre. Esta última circunstancia le ha permitido evitar que la mayoría de su fortuna fuera confiscada.Ni la Fiscalía Anticorrupción ni los tribunales de Madrid y Pamplona que juzgaron los casos Roldán y Urralburu tienen conocimiento de estas condenas por blanqueo de capitales, cuya instrucción se ha llevado en Suiza bajo el secreto y el celo que caracteriza a Perraudin, un juez desconfiado y odiado por los banqueros suizos que ven impotentes cómo desde su despacho en el viejo Palacio de Justicia de Ginebra se levanta el velo del antaño férreo secreto bancario."Si las autoridades españolas me piden las sentencias no tengo ningún impedimento en notificarlas", apostilla.

Perraudin viajó a Pamplona y Madrid en 1996, 1997 y 1998 para interrogar a los imputados sobre el proceso por blanqueo que había abierto contra ellos en Suiza, pero éstos se negaron a declarar.

En Suiza, a diferencia de España, los jueces pueden instruir y juzgar los delitos menos graves, supuesto al que se ha acogido Perraudin para investigar y juzgar el blanqueo de capitales de Roldán, Urralburu, Esparza y Aragón. Esta peculiaridad está avalada por el Código de Procedimiento Penal, que señala que en estos casos las penas de prisión no podrán exceder los seis meses.

Así, los fallos condenatorios han sido dictados mediante una providencia de condena que equivale a una sentencia. En el supuesto de que el juez hubiera estimado que el blanqueo de capitales que investigaba merecía una pena grave lo habría juzgado un tribunal superior.

Tres penalistas españoles consultados aseguran que esta característica suiza que faculta a instruir y juzgar los delitos menos graves facilita el que los magistrados "negocien y pacten" con el procesado para que reconozca su culpabilidad en el blanqueo de capitales. A cambio se les impone una multa y evita la prisión. Algo así como una sentencia de conformidad.Dichos letrados atribuyen a Perraudin esa práctica, pero éste lo niega. "Nunca ha habido pacto o acuerdo con esas personas. Esa versión es completamente falsa. Ha habido sentencias en presencia de sus abogados y si no han sido condenados a penas graves en Suiza es porque ya lo fueron en España. En Suiza se trata sólo del blanqueo y en España de la corrupción en sí misma. Todo se ha hecho de conformidad con el procedimiento suizo".

Este periódico no ha obtenido la versión de los letrados españoles de los condenados.

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Sobre la firma

José María Irujo
Es jefe de Investigación. Especialista en terrorismo de ETA y yihadista, trabajó en El Globo, Cambio 16 y Diario 16. Por sus investigaciones, especialmente el caso Roldán, ha recibido numerosos premios, entre ellos el Ortega y Gasset y el Premio Internacional Rey de España. Ha publicado cinco libros, el último "El Agujero", sobre el 11-M.

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