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Tribuna:
Tribuna
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Perfectísimamente

Perdonen el largo título para tan estrecha columna, pero así es cómo nuestros gestores (que no deben tener abuelita) hiperbolizan redundantemente su actuación en el caso de la legionella. "Lo hemos hecho perfectísimamente bien", y se quedó tan tranquilo el consejero de Sanidad en una rueda de prensa de ésas que se convocan para leer el parte y no contestar preguntas. Toma ya uso centrífugo de la lengua, en versión oficial del super-mega-hiperguay y chachi piruli que invade las cafeterías más pijas.O sea, que 14 meses después nos explicarán y dictaminarán en la comisión modelo mayoría aplastante, insuperabilísimamente eso sí, que no hay casi afectados, ni apenas fallecidos y, según el alcalde, a lo mejor ni brote. Porque el señor Peralta no ve bacterias por parte alguna, e incluso parece haber descubierto una vía de contagio distinta del aerosol, en cuyo caso además de la genialidad gramatical estaríamos ante un hallazgo magistralísimo que le conducirá directamente al Nobel.

Estupendísimamente, intachabilísimamente, esplendidísimamente: así es como se comporta nuestro primer representante, y sólo desde la mala fe se puede criticar que Eduardo Zaplana vaya a Alcoy y se postre ante el altar, pero no visite los hospitales. Que lleve a los enfermos sus oraciones, pero no sus técnicos, y que declare bajo palio y ante cámara, divinísimamente y solemnísimamente, que su obligación y deseo es estar junto a los que sufren.

Digan lo que digan la oposición (demagoga por naturaleza), la normativa europea sobre transparencia informativa, o el ministerio fiscal, el subgénero de habla que usa el poder valenciano (amante de adverbios superlativos) indica clarísimamente que su mandato no admite perfectibilidad: ni en los escasos institutos, ni en los juzgados colapsados, ni en las universidades machacadas, ni en los hospitales saturados y desmantelados, ni en la lengua abandonada, ni en la Albufera envenenada, ni en el patrimonio en derribo...

Lo que no se explica es cómo, gobernando tan excelsísimamente, aún no tengan una capilla dedicada en la Catedral donde poderse tutear con esos otros beatos mártires que perdieron su vida en el camino de la perfección

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