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Tarragona recupera a sus artistas más destacados a lo largo del siglo XX

La historia del arte de las comarcas de Tarragona en 130 obras. Una reivindicación de los artistas más destacados, y muchas veces olvidados, de las primeras décadas del siglo, los que coquetearon con las vanguardias, los que tuvieron fortuna y pudieron trabajar en Barcelona o Madrid, o aquellos que tuvieron que sortear las apostillas feroces de los críticos oficialistas de turno, que abominaban de lo abstracto. La exposición, que ha requerido de cerca de dos años de trabajo, se presenta hasta el 16 de abril de 2001 en el Museo de Arte Moderno de Tarragona y en el tinglado número 2 del muelle de Costa.

"Nuestro objetivo es dar a conocer un trabajo rico, valioso, de unos artistas que han pasado inadvertidos por la historia del arte en Cataluña. Algo que, por cierto, aún pasa", explica Antonio Salcedo, comisario de la exhibición. La exposición no obvia a los pintores -Mir, Picasso o Miró, entre otros- que tuvieron alguna relación con la provincia de Tarragona y se detiene de forma especial en el arte de las dos últimas décadas.En el Museo de Arte Moderno, el montaje sigue un orden cronológico y realiza en primer lugar una aproximación histórica a las décadas en las que vivieron los artistas. A principios de siglo se subrayan los trabajos de Esteve Ferran y de Carles Mani, "un escultor maldito en su época". Destaca de forma especial el periodo de la II República y la guerra civil, durante la cual, señala el comisario, "en Tarragona se creó el Taller-Escuela de Arte de la Generalitat, una de las más importantes del Estado, con los profesores Ignasi Mallol y Joan Rebull, entre otros, y una pedagogía muy avanzada". Tarragona, además, subraya Salcedo, carecía de una burguesía con costumbre de invertir en autores propios "y era muy tradicional".

Los artistas de la posguerra, hasta 1959, tuvieron que organizarse para poder trabajar y surgen los primeros movimientos como Delta 51, que aunó a los creadores de Tortosa para tratar de superar el aislamiento al que estaban sometidos. "Los críticos de la época, además, consideraban a Picasso como al diablo y el arte abstracto era muy denostado", añade Salcedo. La exposición recoge también la importancia que tuvieron las principales galerías y algunas entidades -el Centro de Lectura de Reus, las librerías La Rambla en Tarragona o la Nacional y Extranjera de la capital del Baix Camp- para la introducción y divulgación de las corrientes artísticas que se desarrollaban más allá de las fronteras españolas.

El tinglado número 2 del muelle de Costa, en el puerto de Tarragona, recoge las aportaciones de los artistas de esta provincia que se han dado a conocer en las últimas dos décadas; por ejemplo, Tom Carr, Albert Macaya, Carles Amill, Manel Margalef, Rufino Mesa y Joan Rom. La exposición culmina con obras de Picasso (de la época en que residió en Horta de Sant Joan), Miró, Dalí, Apel.les Fenosa, Daniel Argimon y Joaquim Mir, que estuvo hospitalizado en el psiquiátrico reusense Pere Mata.

La exposición se complementará con la edición de un libro, en el mes de enero, y con la publicación de material divulgativo para institutos y escuelas. La exhibición se ha realizado gracias a la aportación del fondo del propio Museo de Arte Moderno, del Salvador Vila-seca de Reus, el Deu de El Vendrell, el Nacional de Arte de Cataluña, el Picasso y de colecciones particulares.

Josep Lluis Sellart
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