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El Gobierno y el PSOE ultiman un principio de acuerdo sobre el País Vasco y contra ETA

Luis R. Aizpeolea

El Gobierno y el PSOE entraron ayer en la recta final de la negociación del pacto sobre el País Vasco y contra ETA tras alcanzar un principio de acuerdo. El secretario general de la Presidencia, Javier Zarzalejos, y el diputado socialista Alfredo Pérez Rubalcaba redactaban a última hora un anteproyecto, una vez superados los principales escollos planteados en las conversaciones previas a la redacción. El texto, que se acabará de ultimar mañana, quedará pendiente de que José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero le den el visto bueno final. La firma se celebrará la próxima semana.

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Las fuentes consultadas, próximas a la negociación, mantenían a última hora de ayer la prudencia y no daban por cerrado el pacto hasta que exista un "acuerdo definitivo en la redacción". "Hay un acuerdo de base", aclaraban, "pero pueden surgir problemas en la redacción del anteproyecto que compliquen su firma". El anteproyecto de acuerdo tendrá que ser convalidado por el Gobierno y las ejecutivas del PP y del PSOE.Los principales escollos que se disiparon ayer se referían a la defensa de una "alternativa democrática" en el País Vasco al actual Gobierno nacionalista así como a los compromisos a exigir a los partidos que se adhieran al pacto. En ambos casos late, como cuestión de fondo, las relaciones con el partido de Xabier Arzalluz, el PNV. El último texto que puso el PSOE sobre la mesa de negociación está inspirado, en este extremo, en la ponencia aprobada en el reciente Congreso del Partido Socialista de Euskadi (PSE) y que viene a ser un Pacto de Ajuria Enea dos. Dicha propuesta se basa en el compromiso de todos los partidos de no ceder a las reclamaciones políticas que ETA defiende con las armas.

El Gobierno ha conseguido que el pacto, que el PSOE planteó inicialmente como un acuerdo dirigido exclusivamente contra ETA, se vincule también con la situación política de Euskadi. Pero la delegación socialista ha impuesto el límite de que esa "alternativa democrática" al actual Gobierno vasco no conlleve el compromiso explícito para un pacto poselectoral exclusivo del PP vasco y el Partido Socialista de Euskadi (PSE).

El texto común entre el Gobierno y PSOE deja la puerta a otros partidos, incluido el PNV, para que se adhieran al pacto siempre que rectifiquen sus planteamientos soberanistas y apoyen los principios de la Constitución y el Estatuto.

El secretario general del PSE, Nicolás Redondo, uno de los principales impulsores del pacto, expresó públicamente su posición respecto al acuerdo con el Gobierno en materia antiterrorista. Tras manifestar su total escepticismo de que se produzca una rectificación en el PNV antes de las elecciones vascas, aclaró: "Los socialistas no cerramos la puerta [al PNV] si promueve un cambio en profundidad".

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Reglas de juego

Redondo precisó que el texto que redactaban el Gobierno y el PSOE aclaraba que "cualquier clase de alianza debe girar en torno al respeto a las reglas de juego democráticas, del fortalecimiento del Estatuto de Gernika y de la Constitución".El líder del PSE y miembro de la delegación negociadora con el Gobierno establecía esas condiciones tanto para las alianzas posteriores a la celebración de las elecciones vascas como para las fuerzas democráticas que puedan sumarse al pacto contra ETA y sobre Euskadi, una vez que lo firmen sus principales protagonistas: el Ejecutivo central y los socialistas.

El anteproyecto sobre el que trabajaban el Gobierno y el PSOE aborda tres aspectos: un preámbulo sobre la situación del País Vasco; la metodología, que establece que el Gobierno y el PSOE forman el eje del pacto, posteriormente abierto a otros partidos y que contará, además, con una comisión de seguimiento. Y por último, los compromisos concretos en la lucha contra ETA.

Otra de las cuestiones planteadas en la negociación, aunque de menor calado, se refiere a los protagonistas de la firma del pacto. La delegación socialista ha aceptado que el pacto tenga rango de acuerdo entre partidos, como propuso la delegación gubernamental. Previsiblemente, los firmantes serán el presidente del Ejecutivo, José María Aznar, en su calidad de presidente del Partido Popular, y el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero.

Arzalluz y la Constitución

Por su parte, el presidente del PNV, Xabier Arzalluz, acusó ayer a socialistas y populares de volver a equivocarse, 22 años después de aprobada la Constitución, al pretender sellar un pacto en una materia tan fundamental como la lucha antiterrorista sin contar con el PNV. "Vuelven a cometer el mismo pecado que cuando nos apartaron de la ponencia constitucional", aseguró el líder peneuvista, informa El veterano dirigente nacionalista indicó que el PNV no estaba dispuesto a desempeñar un papel de convidado de piedra en esta negociación y preguntó dirigiendo sus palabras al PP y al PSOE: "¿Nos van a llamar al café?, ¿otra vez nos van a proponer un contrato de adhesión?", inquirió al tiempo que comprendía las críticas de Izquierda Unida (IU) por no haber sido incluida en la negociación del pacto antiterrorista.

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