La compañía que preside Oriol planea invertir otros 116.000 millones en México

Iberdrola, en proceso de fusión con Endesa, trata de reforzar su presencia en el continente latinoamericano con una nueva inversión en México. A los proyectos que desarrolla en Monterrey (1.000 megavatios de potencia) y que negocia en Lázaro Cárdenas (830 megavatios), la compañía que preside Íñigo Oriol intentará sumar la construcción de una nueva central en la localidad de Altamira (Estado de Tamaulipas), lo que supondrá invertir 580 millones de dólares más (unos 116.000 millones de pesetas) y consolidarse como la primera empresa autogeneradora del país. Los proyectos de Iberdrola en México suponen una inversión global superior a los 300.000 millones. En el conjunto de América Latina, el grupo ha invertido ya, o tiene comprometidos, recursos por valor de más de 534.000 millones de pesetas.

El concurso para construir una central eléctrica de ciclo combinado (a gas) en Altamira, ciudad situada a 30 kilómetros de Tampico, fue convocado por la Comisión Federal de Electricidad de México para el suministro de 1.035 megavatios. Iberdrola es la única compañía que opta al concurso, que se decidirá a finales del mes de enero.

Los 116.000 millones de nueva inversión se sumarán a los proyectos que la compañía tiene en desarrollo en Monterrey (96.000 millones de inversión), y en Lázaro Cárdenas. En esta localidad, la compañía negocia en exclusiva con el grupo mexicano Ispat la construcción de otra central de 830 megavatios con una inversión de otros 96.000 millones.

Iberdrola otorga a su presencia en México una gran importancia dentro del plan estratégico de la compañía para el periodo 2000-2003. En línea con el proyecto de fusión que ha emprendido con la compañía que preside Rodolfo Martín Villa, Iberdrola considera que el país es una magnífica plataforma de expansión hacia América del Norte (Estados Unidos y Canadá).

No es casualidad que el presidente de la segunda eléctrica española, Íñigo Oriol, haya viajado al país norteamericano para asistir a la toma de posesión del nuevo presidente de México, Vicente Fox. El plan de Iberdrola es, según ha explicado el consejero delegado de la compañía, Javier Herrero, duplicar o triplicar la presencia en México en un plazo máximo de tres años.

Los negocios de Iberdrola en América Latina, que incluyen la explotación de negocios de telecomunicaciones y agua, y que se expanden por Chile y Brasil, además de México, han aportado a la compañía española cerca de siete millones de clientes.

Esa cifra supone, aproximadamente, el 42% del total de clientes de la compañía. El resultado neto de las actividades de la eléctrica en el año 1999 fue modesto, 444 millones de pesetas, pero las previsiones son alcanzar los 30.000 millones de pesetas en el ejercicio 2004.