Sensibilidad y buen gusto

Intimista

Terciopelo en la voz y alma de negro encerrada en un cuerpo de simpático blanco, como siempre Paul Carrack ofreció ante su público madrileño, muy numeroso, una buena muestra de música en estado puro, de emocionantes canciones que llevan en volandas al oyente, meciéndole en un suave compás que jamás se acelera y de estribillos que no fallan.Presentado por el dúo Gomaespuma y el periodista musical Santiago Alcanda, Carrack, ataviado con su correspondiente gorrito negro, comenzó en alto con el archiconocido Satisfy my soul, tema que da nombre a su extraordinario último disco, y siguió desgranando una discografía que, si bien no se caracteriza en ser multimillonaria en ventas, si es extremadamente rica en sensibilidad y buen gusto. Carrack se mostró en todo momento como si estuviera cantando en el saloncito de su casa.

Tranquilo, a gusto y relajado, extrajo bellas notas de su guitarra y mostró también sus excelentes habilidades con el órgano, dejando en una canción la responsabilidad de cantar a su teclista e invitando a hacer unos feelings vocales a la corista, de la que anunció a bombo y platillo que sólo tenía dieciséis añitos. Todo muy familiar e intimista, vaya, sin que el constante rugir del público mostrando su apasionada admiración consiguiera en ningún momento romper la atmósfera. Siguieron más composiciones del mismo talante -The way I'm feeling tonight, Together, el hermoso Love will keep is alive- haciendo que el ambiente musical de placidez, a la que contribuye enormemente una banda de ejecución brillante, creciera como un enorme globo de buen rollo.Carrack, que concluyó antes del bis con su legendaria How long, volvió a demostrar que una cosa es el negocio musical y sus impostaciones y otra, bien distinta, los creadores silenciosos, los artesanos de la canción, los profesionales, el buen cantar. El músico, que en alguna ocasión ha manifestado que a él lo que en realidad le apetece es quedarse en su casita, debe estar, sin embargo, encantado con sus visitas a España, porque el cariño que le manifiestan sus fans españoles es siempre de alta intensidad.