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SALUD

Impulso a la investigación del cáncer

El Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas Carlos III (CNIO), en colaboración con las sociedades españolas de Oncología Médica (SEOM) y Anatomía Patológica (SEAP), acaba de crear una Red Nacional de Bancos de Tumores, primera de sus características en Europa y la segunda del mundo, tras la red del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, en cuyo modelo está inspirado el proyecto español.Por el momento se han adherido a esta iniciativa, que dará un gran impulso a la investigación del cáncer, nueve grandes hospitales públicos, y están en conversaciones otros tantos centros de todo el país. Los dos principales objetivos de la red son, según su director, el patólogo Manuel Morente, proporcionar la infraestructua necesaria al "programa de diagnóstico molecular que se está empezando a desarrollar en el CNIO mediante las nuevas tecnologías de biochips de ADN y mejorar los procedimientos de diagnóstico de los pacientes con cáncer, para que, una vez validados los protocolos de recogida, procesamiento y almacenamiento de muestras, puedan ser traspasados al Sistema Nacional de Salud".

Para el científico Mariano Barbacid, director del CNIO, el hecho de que este centro esté gestionado por una fundación "ha sido fundamental para el desarrollo de este programa, ya que ha proporcionado la flexibilidad necesaria tanto para llevar a cabo los acuerdos con los hospitales colaboradores como para aportar el personal necesario". Para los próximos cinco años está prevista una inversión de 2.000 millones de pesetas, según el director del programa de Patología Molecular del CNIO, Miguel Ángel Piris, en esta red nacional de bancos de tumores. "Esperamos contar con la ayuda de instituciones públicas y privadas y para ello cada centro gestionará sus propias fuentes de financiación", explica Piris.

Emprenden la andadura de esta red nacional los hospitales públicos de la Comunidad de Madrid Ramón y Cajal, La Paz, Puerta de Hierro, Doce de Octubre, Clínico San Carlos, Gregorio Marañón, Fundación Alcorcón y el hospital de Móstoles, a los que hay que añadir uno de Castilla-La Mancha, el centro Virgen de la Salud, de Toledo. Se prevé para finales de año la adhesión de otros tantos establecimientos sanitarios, públicos y privados, de Andalucía, País Vasco, Cataluña y Navarra. Barbacid matiza que, si bien la mayoría de los centros asistenciales del Sistema Nacional de Salud tienen su propio banco de tumores, lo que diferencia a la red nacional que ahora se pone en marcha es el "concepto de globalización y la capacidad de coordinación para todo el país, así como la dedicación de personal especializado". Cada hospital contará con un patólogo y un técnico, dedicados en exclusiva al banco de tumores.

Oncólogos, patólogos y científicos del CNIO son los expertos más directamente implicados en este programa. Los bancos de tumores, cuya infraestructura supondrá al hospital un gasto inicial de unos cuatro millones de pesetas que deberá financiar por sus propios medios, se instalarán en los servicios de Anatomía Patológica de los centros colaboradores y todos estarán conectados entre sí mediante una red informática centralizada en la sede del CNIO.

Así, las muestras de tejido de cada establecimiento sanitario quedarán depositadas en el centro y estarán a disposición del CNIO, como coordinador nacional, para sus propias investigaciones y para proyectos de investigación de otros hospitales e instituciones. En palabras del oncólogo Vicente Guillem, presidente de la SEOM, un proyecto de esta magnitud exige la colaboración de "todos los investigadores, básicos y clínicos, implicados en la batalla diaria contra el cáncer".

Según Guillem, todo tejido neoplásico que se referencie en la red de bancos procederá de la actividad asistencial de los hospitales asociados, y en especial de biopsias, intervenciones quirúrgicas y muestras necrópsicas, para lo que "deberán respetarse de forma absoluta los procedimientos que garanticen una correcta actuación ética".

Los patólogos están convencidos, según subraya su presidenta, Ana Puras, del gran beneficio clínico que va a representar a medio y largo plazo este programa. "Para nosotros", afirma, "una de las principales ventajas es que los patólogos podremos acudir a la red de bancos de tumores en busca de una determinada lesión en el contexto del caso clínico. Es un escalón intermedio entre la práctica clínica diaria y la investigación".

La identidad de los pacientes quedará siempre en el ámbito hospitalario, de modo que la base central de datos del CNIO no podrá contener información que pudiese permitir reconocer directa o indirectamente la identidad de los enfermos.

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