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Barak ofrece a Arafat un 10% más de Cisjordania para descongelar el proceso de paz

Ehud Barak ha descongelado el proceso de paz con los palestinos. El primer ministro israelí, que ha mantenido bloqueadas durante 40 días las negociaciones de paz con Yasir Arafat como represalia por la Intifada, lanzó ayer una oferta al enemigo: la firma de un "acuerdo interino prolongado" en el que se contempla la entrega de un 10% adicional de Cisjordania y el reconocimiento del Estado Palestino, pero en el que se dejan aparcadas para dentro de dos o tres años las discusiones sobre las cuestiones más espinosas, como el futuro de Jerusalén o el retorno de los refugiados.

La respuesta palestina desde Gaza fue inmediata y contundente: "Una paz justa debe basarse en soluciones globales; rechazaremos cualquier acuerdo interino".El diálogo de paz entre Israel y los palestinos quedó ayer restablecido, poniendo fin a un paréntesis que se inició el pasado 21 de octubre, cuando Barak decidió romper unilateralmente las negociaciones, a pesar de la oposición frontal de cuatro de sus ministros, como represalia por el estallido de violencia y en protesta por la resolución de la cumbre de la Liga Árabe contra los israelíes, en la que se incluía una invitación a los asociados a romper sus relaciones diplomáticas con el Estado hebreo.

Barak lanzó la proposición desde Tel Aviv, en presencia de un grupo de periodistas de la asociación internacional de prensa, a los que convirtió en testigos de una nueva oferta de paz. La propuesta en realidad no era nueva, ya que se trataba de una reedición maquillada y mejorada de una anterior efectuada el pasado mes de julio en Camp David, cuando en la recta final de las negociaciones y ante un atasco del diálogo, los israelíes ofrecieron una salida desesperada: un acuerdo parcial, en el que se dejarían para más tarde los temas más espinosos, entre ellos Jerusalén y los refugiados.

Más territorio

Ayer, el primer ministro reiteró el ofrecimiento y, como si se tratara del remate final en una subasta, añadió en el lote el reconocimiento de un Estado Palestino y la entrega además de un 10% adicional de territorio de Cisjordania, para que "las zonas autónomas tuvieran una continuidad" y los viajeros no se vieran "obligados a someterse a continuos controles" en las carreteras.La oferta cayó inmediatamente en saco roto. Nabi Abu Rudeina, consejero de Yasir Arafat, rechazó el ofrecimiento y reiteró la necesidad de llegar a un acuerdo global como única manera para "asegurar la paz y la seguridad en la región". La propuesta fue asimismo descartada por el presidente del Parlamento Palestino, Ahmed Qurea, quien mostró su desagrado por "un acuerdo por etapas" y recalcó que "el tiempo de los acuerdos interinos ya ha concluido". Yasir Arafat fue el más contundente, ya que se negó a comentar la proposición, y como si tratara de subrayar las maniobras israelíes, reclamó en voz alta "el cumplimiento de los acuerdos firmados en Sharm El Cheik y de los otros pactos".

La oferta de ayer es el primer intento de Ehud Barak. No será la última. Su estrategia es clara: desactivar la Intifada y alcanzar un acuerdo con los palestinos antes de la convocatoria de las elecciones generales, previstas para mediados del próximo mes de mayo. Necesita el pacto para poder blandirlo como propaganda y programa en su campaña electoral y tratar así de convencer a los votantes de que "laborismo significa paz".

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Los israelíes han lanzado además en las últimas horas otras señales de amistad y de reconciliación a Yasir Arafat, entre las que se encuentran la promesa de liberación de un grupo numeroso de presos, el envío a la Administración Palestina de 35 millones de shekels (unos 1.750 millones de pesetas) que estaban congelados desde hace una semana y la promesa de que hoy viernes se permitirá a todos los fieles, sin restricciones, el acceso a la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén, levantando un asedio que impedía a los menores de 45 años rezar en El Aqsa.

Nueva cumbre

Todos estos gestos de Barak con los palestinos pueden coadyuvar los esfuerzos de la comunidad internacional, que trata, con el liderazgo de Egipto y Estados Unidos, de convocar una cumbre entre Ehud Barak y Yasir Arafat en El Cairo o en Ammán en el plazo de una semana. Aunque las dos partes, israelíes y palestinos, descartaban ayer esta posibilidad, los contactos con este objetivo se encuentran por buen camino, según se asegura en medios diplomáticos.La reunión sería una iniciativa del presidente egipcio, Hosni Mubarak, a fin de que Arafat y Barak alcancen un acuerdo de paz en los pocos meses que quedan para las elecciones en Israel. "Ésta es la primera vez que oigo hablar [de la cumbre]", declaró Arafat a un grupo de periodistas a su llegada al aeropuerto de Gaza, tras una visita de dos días a Túnez y Libia. Los palestinos, dijo Arafat, quieren "algo más que una mera reunión cumbre; quieren el exacto cumplimiento de lo acordado en Sharm el Sheij y en otros entendimientos".

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