Menos música
Las últimas informaciones aparecidas sobre la reforma de las Humanidades nos hacen corroborar, como ya sospechábamos, que se reduce a incrementar las horas de determinadas asignaturas y a reducir a la miseria el horario de otras, como la Música. Así sucedió también en el borrador de la ministra Esperanza Aguirre y según se ve no han pensado mucho más para elaborar el nuevo decreto.Los profesores nos preguntamos por qué es precisamente la Música la asignatura de la que se puede prescindir en cuanto se pretende realizar un reajuste de horario lectivo. La única respuesta lógica que se nos ocurre es la siguiente: porque las generaciones que hoy están en los puestos de responsabilidad (y muchas más) no estudiaron música o lo que es peor, estudiaron una asignatura que se llamaba Historia de la Música y que la impartía cualquier profesor (no especialista) que tuviese que completar su horario. Efectivamente muchas experiencias pudieron ser traumáticas. Esa es la cuestión: tenemos un país de analfabetos musicales que consideran la música como lo que hicieron de ella durante años: una asignatura de relleno.
Es muy triste constatar que se elimina la Música precisamente en pro de las Humanidades. ¿Acaso no está la música presente en los discursos de los filósofos? ¿Acaso no es algo necesario para la formación integral del individuo? Se suponía que el espíritu de la LOGSE consistía en conseguir precisamente esa formación integral a través de la interdisciplinariedad del currículum. Los alumnos aprenden (o eso intentan los profesores) en la clase de Historia la revolución francesa y en la clase de Música se les explicará que por las ideas que condujeron a esa revolución Mozart componía utilizando melodías accesibles y formas claras que llegasen a todo el mundo.
En la clase de Música los alumnos aprenden que forman parte de un grupo en el que hay que escuchar a los demás, donde lo que importa no es uno mismo sino el conjunto y es tarea de todos que resulte bien. Es en clases como éstas donde lo que aprenden en otras clases cobra vida y donde se dan cuenta que no se estudia sólo para aprobar un examen. para mí, la tragedia de Hiroshima se hace más viva cuando escucho la obra de Penderecki, pero claro, yo sí he tenido la suerte de estudiar música.- Purificación Sevilla Fernández, presidenta de la Federación Nacional de Profesores de Música. Alicante.
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