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Duro revés para Gore al decidir el condado de Miami-Dade la suspensión del recuento manual

La junta electoral del condado de Miami-Dade prácticamente le aseguró ayer la victoria presidencial a George W. Bush al suspender los recuentos manuales, en contra de la resolución que horas antes había dado el Tribunal Supremo de Florida. Los tres miembros de la junta electoral cambiaron drásticamente su opinión tras una fuerte ofensiva del partido republicano local, encabezada por ciudadanos cubanoamericanos, quienes desde primera hora presionaron con gritos y protestas diversas para impedir que prosiguiera el escrutinio de los 10.750 sufragios con perforaciones incompletas.

La suspensión cayó como una auténtica bomba en el seno del Partido Demócrata, cuyos abogados apelaron inmediatamente esta polémica decisión, basándose en la intimidación que sufrieron los miembros de la junta electoral de ese condado. A pesar de todos sus esfuerzos legales por concluir el escrutinio manual, el plazo dado en la noche del lunes (madrugada peninsular) por la sentencia del Tribunal Supremo de Florida, y que finaliza el domingo o el lunes, sigue corriendo, y según transcurre ese plazo, las esperanzas de Al Gore se difuminan cada vez más, a no ser que el Supremo del Estado intervenga de nuevo antes del domingo. Este duro revés quedó, en parte, compensado por la sentencia de un juez de condado en Palm Beach, quien anoche declaró válidas las papeletas consideradas dudosas, aquellas en las que la intención del votante es clara aunque la perforación no sea completa. Ambas decisiones acabarán, sin duda, ante el Supremo de Florida en los próximos días.

Miami es decisivo para el vicepresidente Al Gore, porque es donde más votos estaba ganando (157 en día y medio) en el recuento manual del total de los 654.000 votos emitidos en ese condado. La junta electoral produjo la primera sorpresa a las nueve de la mañana al decidir limitar el recuento a sólo los 10.750 votos "cuestionables", al ver que era la única manera de llegar al plazo del domingo.

Con ello provocaron la cólera de los republicanos que los acusaron de favorecer a los demócratas. Decenas de manifestantes invadieron el edifico donde se reunía la junta y simultáneamente el congresista cubanoamericano Lincoln Díaz-Balart anunciaba que no lo tolerarían.

"Paren el recuento, paren el fraude", gritaban enardecidos los manifestantes, que en su mayoría eran cubanoamericanos de los que castigaron a Gore en las urnas en venganza por devolver al niño balsero Elián González a Cuba, en abril. Incluso acorralaron al presidente del partido demócrata local, el abogado Joe Geller, acusándole de robar "una" papeleta (que resultó ser la de muestra que utilizan varios abogados y observadores de ambos partidos).

La llave la tiene Miami

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Miami, una vez más, se convertía en el centro de batalla. Pero en esta ocasión, a menos que los tribunales actúen deprisa y ordenen a la junta que acate el fallo del Supremo, un puñado de personas de este condado podrían cambiar el destino de Estados Unidos.La resolución del Supremo de Florida había sembrado la semilla de la discordia en los tres condados que realizan el escrutinio manual. Los magistrados les autorizaron a proseguir con los recuentos, pero no les aclararon cómo debían hacerlo, porque la ley otorga esa discrecionalidad a las juntas electorales.

Ayer, cada uno iba por su cuenta. En Palm Beach,un juez dio la razón a los demócratas en los criterios del recuento. En el condado de Broward, la junta electoral empezó a revisar cerca de 30.000 papeletas enviadas por correo.

El dilema que dejó sin resolver el Tribunal Supremo de Florida es si se deben contabilizar todas las papeletas que tengan perforaciones a medias. Hay varias clases: unas están señaladas en un lado, otras en dos y algunas tienen un pequeño orificio o están abultadas, pero el cuadrito de papel no se llegó a desprender (papeletas preñadas).

El Supremo de Florida dejó claro que "ningún voto debía ser invalidado si la intención del votante estaba clara". Lo que ahora tratan de discernir en Palm Beach y en Broward es "cuándo está clara [esa intención]".

En el condado de Palm Beach hay 6.000 papeletas apartadas en la caja de "cuestionables" y en el condado de Broward 3.000.

Hasta el momento, Gore sólo ha ganado 78 votos en el condado de Broward y tres en el de Palm Beach.

El horizonte se le presentaba muy distinto si el condado de Miami-Dade no hubiera cancelado el recuento manual, en el que el vicepresidente ya se había apuntado 157 votos con sólo una sexta parte de los colegios electorales escrutados. En el resultado oficial preliminar, Bush le aventaja por 930 votos. La diferencia es tan mínima que cada voto es una batalla decisiva.

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