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LA OFENSIVA TERRORISTA

La extradición de Fittipaldi completa las entregas por Francia de la cúpula de ETA

El dirigente etarra José María Arregui Erostarbe, Fittipaldi, considerado el artificiero de ETA, fue entregado ayer por Francia para que sea juzgado en España por varios asesinatos. Con la llegada de Fittipaldi se completan las extradiciones de los tres integrantes de la cúpula de la banda terrorista detenida en Bidart (Francia) en 1992. Los otros dos, Francisco Múgica Garmendia, Pakito, y José Luis Álvarez Santacristina, Txelis, fueron entregados en el último año después de que hubieran cumplido en Francia penas de 10 años de prisión por asociación de malhechores y tenencia de armas.

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Reguero sangriento

Una comisión judicial de la Audiencia Nacional recibió a Arregui a su llegada al aeropuerto de Barajas, donde le notificaron varios autos de prisión, por su participación de más de una docena de atentados en los que presuntamente él fabricó el explosivo. El terrorista, que vestía un anorak verde y pantalón de chándal azul marino, ingresó en el penal madrileño de Soto del Real. El juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno le ha convocado para hoy para que declare en relación con el atentado contra la casa cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza, ocurrido el 11 de diciembre de 1987, en el que fallecieron 11 personas, cinco de ellas niños, y 78 resultaron heridas de diversa gravedad. Según el relato de hechos que figura en el auto de procesamiento y que mañana será notificado a Arregui, para la comisión de este atentado los miembros del comando francés, integrado por Henri Parot, Jacques Esnal y Jean Parot, utilizaron por primera vez un sistema de cargas que instalaron y accionaron siguiendo las indicaciones y explicaciones de Arregui Erostarbe.

De todas formas, ésta es sólo la primera causa de los 14 procesos a los que Fittipaldi, de 54 años, se enfrentará en España. Los tribunales franceses accedieron en 1997 a su extradición para ser juzgado por el asesinato fallido del que fue presidente de la Audiencia Nacional Fernando de Mateo, quien el 27 de febrero de 1990 sufrió la amputación de ambas manos, la pérdida de visión del ojo izquierdo y graves lesiones en la cara al hacer explosión el paquete bomba, presuntamente enviado por Arregui.

Éste está imputado también en los procesos por el envío de cartas bomba al actual fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Eduardo Fungairiño, y al teniente del Ejército Francisco Albarracín. En ambos paquetes se detectaron huellas dactilares correspondientes a Fittipaldi, y la máquina de escribir utilizada en la confección de los envoltorios de todos los envíos era la misma, según dictámenes periciales que obran en la causa.

Los tribunales franceses han accedido también a la extradición de Fittipaldi por el atentado perpetrado en Zaragoza el 30 de enero de 1987 en el que murieron el comandante del Ejército Manuel Rivera Sánchez y su conductor, Ángel Ramos, y otras 44 personas resultaron heridas. Arregui presuntamente confeccionó el receptor y el emisor que activó la carga explosiva.

En octubre de 1993, la justicia francesa aceptó la extradición por el envío de una carta bomba a Carlos Bernabé, funcionario de la prisión de Sangonera la Verde, de Murcia, el 10 de agosto de 1989, que fue desactivado. Menos suerte tuvo Conrada Muñoz, madre del funcionario de prisiones Dionisio Bolivar, que resultó muerta al recoger un paquete dirigido a su hijo en el pueblo de Mantiñana (Granada). Además, otras dos personas resultaron gravemente heridas.

También está implicado Fittipaldi en el envío de bombas a empresarios vascos, como José María Acha, José Osinalde o el director gerente de Agroman, en Bilbao, que se negaron a pagar la extorsión conocida como impuesto revolucionario. Todas estas bombas fueron desactivadas por la policía.

Fittipaldi también deberá responder por el atentado con 50 kilos de amonal y abundante metralla perpetrado el 13 de septiembre de 1986 contra un microbús de la Guardia Civil que prestaba servicio de vigilancia en la prisión de mujeres de Wad Ras, en Barcelona, en el que 11 personas resultaron heridas.El etarra está procesado por el atentado contra la Dirección General de la Guardia Civil del 21 de noviembre de 1988, en el que resultaron muertos el transeúnte Jaime Bilbao y el niño de dos años Luis Delgado Vilallonga y causó graves heridas a numerosas personas.

Entre las causas pendientes figura también el envío, en marzo de 1988, de un artefacto a la Confederación Sindical Independiente de Funcionarios, cuya explosión causó varios heridos.

Arregui Erostarbe lleva 30 años en la organización terrorista ETA. Responsable de logística desde la detención de Isidro Garalde, Mamarru, es también experto en explosivos y un hábil conductor, de donde le viene el apodo. Formó parte de la cúpula de la banda, denominada Artapalo, junto a Pakito y Txelis, hasta que fueron detenidos en 1992. Es natural de Oñati (Guipúzcoa) y el alcalde de esa localidad, del PNV, según Vasco Press, solicitó el pasado año al Gobierno francés que no concediera su extradición.

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