El monopolio del gas se hace con el control del grupo de comunicación más crítico de Rusia

Vladímir Gusinski, sobre el que pesa una orden de busca y captura por "fraude a gran escala", perdió ayer el control de su imperio periodístico, el mayor de carácter privado de Rusia. Persiste, no obstante, la incertidumbre sobre si cambiará la línea informativa crítica con el Kremlin de la cadena de televisión NTV y otros medios de Most. El oligarca, actualmente en España, saldará su deuda con Gazprom gracias a un pacto que deja en manos del monopolio del gas, sobre el que el Estado ejerce una enorme influencia, la mayoría relativa (y en algunos casos absoluta) de las diversas empresas del grupo. Alfred Koj, presidente de la división de Gazprom Media, reconoció ayer que la aplicación del acuerdo "depende por completo de la buena voluntad de las partes". Dos pactos anteriores quedaron en papel mojado. El primero, en julio, porque Gusinski, apenas se vio a salvo fuera de Rusia, lo denunció como una "extorsión estatal". El segundo, el pasado martes, porque Koj, al día siguiente del nuevo procesamiento de Gusinski, afirmó que su cumplimiento no estaba garantizado. La deuda de Most con Gazprom, que garantizó créditos de un banco suizo por importe de 473 millones de dólares (más de 90.000 millones de pesetas), se liquidará así:

Gazprom, que ya tiene el 30% de la NTV, recibirá otro 16%, además del 25% más una acción de los otros medios de Most, a cambio de cancelar un primer préstamo de 211 millones de dólares. Otro 19% de la cadena, y un adicional 25%, más una acción del resto de los medios, quedarán en manos de la superempresa gasística como garantía de pago de la segunda parte de la deuda, 262 millones, que vence en julio de 2001. Hasta entonces, Gazprom controlará el 65% de la NTV.

Hay una cláusula que pretende impedir que, dentro de ocho meses, Gazprom tenga mayoría absoluta en todos los activos de Most: que ese 19% de la NTV, más otro 6%, se ofrecerá a un "inversor estratégico extranjero". Según el guión, y si Gusinski no paga el segundo tramo de la deuda (casi nadie cree que pueda hacerlo), Gazprom quedará con el 45,5% de la NTV (además de mayoría absoluta en otros medios de Most), los actuales propietarios del grupo (básicamente su patrón, Gusinski) conservarán el 29,5%, y el inversor foráneo, el 25% restante. Ninguno de los tres grandes socios podrá imponer en solitario su voluntad.

Batalla política

Esta batalla, y la que Gusinski libra con la fiscalía, no es económica, sino política, aseguran fuentes de Most, según las cuales el fiscal es una correa de transmisión del líder del Kremlin, Vladímir Putin. Éste, añaden, no soporta la línea informativa de la NTV: neutral durante la campaña presidencial, de apoyo a los enemigos del Kremlin en las legislativas y crítica siempre hacia la guerra de Chechenia. Supuestamente, al presidente ruso casi le trae sin cuidado lo que se difunda por los otros medios de Most habida cuenta de su menor influencia en la opinión pública. Dimitri Ostalski, portavoz de Media Most, aseguró ayer a EL PAÍS que el acuerdo, firmado por juristas autorizados por el consejo de directores, garantiza que Gazprom no interferirá en la gestión periodística y que la mayoría teórica que ostentará el monopolio del gas sólo tendrá efectos económicos y administrativos. "Espero", señaló, "que Gazprom sea un socio económico razonable, y no un instrumento de presión política".