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La torre de El Fadrí en Castellón se cae a trozos

María Fabra

En 1656, antes de que acabara de construirse, un rayo ya ocasionó desperfectos en la torre. Ayer, los bomberos hubieron de sanear la corona del reloj de la torre-símbolo de Castellón. Desde que en los años treinta un poeta local, al descubrir el campanario exento por el derribo de los edificios civiles adosados, sugirió el nombre de El Fadrí, el campanar de la vila se conoce por este nombre. Durante los últimos años, la torre octogonal, prismática, de 58 metros de altura y de 29 de circunferencia, ha sufrido varios desprendimientos. La actuación que los bomberos hubieron de desarrollar a mediodía de ayer consistió en el saneamiento del marco del reloj, después de que un pedazo de hormigón se desprendiera de esa zona.

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