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RETRATOS ECONÓMICOS

La cadena de transmisión de los pisos

Sale a la venta un piso grande en el centro de una gran ciudad. Precio: 90 millones de pesetas. Se vende en 85 millones y su comprador a su vez ha vendido otro piso en 60 millones; éste último comprador para su adquisición vende uno de 40, a su vez el de 40 vende uno de 25, y el que adquiere el de 25 ha vendido uno de 12, siendo este último la primera adquisición de, llamémosles, Juan y María.En este ejemplo, -85, 60, 40, 25 y 12 millones-, sólo se han movido 85 millones en concepto de precio de adquisición. Pero en esta transmisión se cobrará el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales de la suma de todos los precios, es decir, 222 millones.

Como es habitual, casi todos los pisos tienen hipotecas (pagadas o no); harán falta cinco escrituras de cancelación, cinco de compra-venta más cinco de nueva constitución de hipoteca (de cuantía mayor que la diferencia de precios para además pagar escrituras, reformas, impuestos, etcétera). Luego son 15 escrituras con sus 15 facturas de notario, 15 inscripciones en el Registro de la propiedad, 15 liquidaciones de actos jurídicos documentados. También, pagar al ayuntamiento las cinco liquidaciones del impuesto del Incremento del valor de los terrenos urbanos.

A su vez, para la constitución de las cinco hipotecas las entidades financieras habrán cobrado cinco comisiones de apertura, habrán intentado cobrar cinco comisiones de estudio, y a su vez, cinco informes para la valoración de las tasadoras homologadas. También en el caso de amortizaciones y aportaciones de capital para la liquidación definitiva de las antiguas hipotecas las entidades financieras se reservan comisiones.

Con la última reforma de la Ley de Propiedad Horizontal también los transmitientes de todos los pisos tendrán que haberse puesto al día con las últimas derramas aprobadas y gastos de comunidad, con sus correspondientes acreditaciones. Además en las cinco ventas, probablemente, se tendrán que pagar comisiones de intermediarios. A su vez hay que estar al día con el IBI. Y luego como ningún piso de segunda mano está al gusto de cada uno, vendrán las reformas. A veces, con intervención de técnico (proyecto, visado), con su correspondiente licencia con impuesto de obras y tasas de obras como de contenedores. A su vez el IVA del contratista (reducido sólo en la albañilería). Luego la decoración y la mudanza. También los gastos de gestión de cambio o altas y bajas de titularidades de contratos (luz, agua, gas, electricidad, teléfono, IBI, padrón municipal, etcétera).

Juan y María son los únicos que han alcanzado el estatus de propietarios de su primera vivienda. No sólo los pisos están carísimos por definición, sino que el hecho de su precio inalcanzable en la primera adquisición hace que la vivienda habitual definitiva se encarezca todavía más por todo lo inherente a su adquisición escalonada.

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