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Un nuevo albergue para indigentes no abrirá a tiempo por trabas burocráticas

80 plazas más todo el año

El Ayuntamiento de Madrid tiene dinero y también un local, junto al actual pabellón de Mayorales de la Casa de Campo, para habilitar un nuevo albergue para indigentes, con cerca de una treintena de camas. Pero la burocracia municipal impedirá que dicho refugio esté habilitado a tiempo, es decir, para el 25 de noviembre, que es cuando, al iniciarse la campaña contra el frío, se abren todos los cobijos de emergencia para las personas sin hogar.Ernesto Cabello, responsable municipal del área de atención a mayores y colectivos marginados, explica que en el Ayuntamiento los plazos de contratación de las obras duran "unos ocho meses", y que por ese motivo no han podido emprender la remodelación de la nave que serviría de nuevo albergue.

"El proyecto arquitectónico lo teníamos en primavera, pero la obra, que durará cerca de un mes, está todavía sin adjudicar. Esos plazos son los estipulados; no obstante, si da tiempo a tener el local listo para enero, lo abriremos", añade Cabello.

Estas 30 nuevas camas previstas en Mayorales se sumarían a las 135 que ya existen en los dos pabellones contiguos. Todas se consideran plazas de baja exigencia, dirigidas a personas sin hogar reacias a los programas de reinserción.

Aparte de Mayorales, el único refugio de baja exigencia que existe en la ciudad es el Don de María, con 80 plazas y regentado en un local municipal del parque del Emir Mohamed por la asociación Casa de los Pobres. Este recinto cerró el año pasado en febrero, un mes antes de lo previsto, por las agresiones que sufrieron sus encargados, pero este invierno abre de nuevo.

El Consistorio planea que 80 de las plazas de Mayorales, que hasta ahora funcionaban sólo en invierno, permanezcan abiertas todo el año. En la ciudad existen 1.300 camas en albergues. Medio millar de ellas se encuentran en los centros municipales de San Isidro y Mayorales, y el resto dependen de órdenes religiosas.Esas 1.300 plazas se han quedado escasas al aumentar los inmigrantes necesitados de cobijo: el 40% de los 11.000 usuarios de estos centros son extranjeros. Esa creciente demanda de alojamiento por parte de inmigrantes en plenas facultades mentales y físicas, pero necesitados de un apoyo inicial, hace que los usuarios habituales de los albergues,muchos con problemas psíquicos y gran desarraigo, se queden a veces en la calle.

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Por ahora, la única solución a este problema la da el Plan Regional de Inmigración, aún pendiente de aprobación parlamentaria. En él se contempla la creación de 240 plazas en pisos, hostales y residencias para alojar durante tres meses a inmigrantes necesitados. En la región sólo hay un albergue para inmigrantes -en San Blas, con 190 plazas-, algunas pequeñas residencias de asociaciones y tres campamentos para nómadas del Este.

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