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Fujimori escenifica una nueva operación de búsqueda de Montesinos

La base del Ejército de Santa Rosa, al norte de Lima, quedó a oscuras. Las luces se apagaron cuando llegaba la comitiva de Alberto Fujimori. El presidente peruano encabezaba en la madrugada de ayer una nueva operación de búsqueda de su ex asesor Vladimiro Montesinos. Los escoltas tuvieron que pedir linternas a los centinelas. Veinte minutos después, el mandatario abandonó el lugar con las manos vacías. Los reflectores se encendieron nuevamente.

Desde ayer es oficial la existencia de una orden judicial de busca y captura contra el antiguo hombre fuerte del servicio de espionaje, en paradero desconocido desde hace más de dos semanas.Fujimori salió del palacio con un fuerte contingente de las fuerzas especiales de la policía hacia las 0.30. Le acompañaba el ministro del Interior, general Fernando Dianderas. Tras la primera búsqueda infructuosa, la comitiva se dirigió hacia el club de oficiales de la Marina en la localidad de Ancón. Ni rastro de Vladimiro Montesinos. Hacia las tres de la madrugada, la comitiva presidencial regresó al palacio. El ex jefe del SIN se había esfumado una vez más.

La noche deparó más sorpresas a los periodistas que montan guardia. Casi a la misma hora en que Fujimori buscaba en los recintos militares, en el domicilio de Trinidad Becerra, esposa de Montesinos, en el barrio limeño de San Isidro, había gran movimiento. Una veintena de hombres, de paisano, cargaban en siete furgonetas una gran cantidad de cajas. Los vecinos alertaron al Canal N de noticias de la sospechosa mudanza y los reporteros pudieron vislumbrar que algunas de las cajas que no estaban selladas contenían documentos. Todo hace pensar que el cargamento sacado de la casa de Trinidad Becerra, formalmente separada de Montesinos desde hace tiempo, contiene información comprometedora que podría ser de alto interés para los investigadores del caso Montesinos. No deja de ser curioso que, existiendo una orden de captura contra el ex jefe del SIN, el domicilio de su esposa no esté bajo vigilancia policial.

José Ugaz, el procurador especial nombrado el viernes por Fujimori para investigar a Montesinos tras el descubrimiento de tres cuentas bancarias en Suiza de 48 millones de dólares (cerca de 10.000 millones de pesetas), confirmó ayer la orden judicial de detención y la presentación de ocho denuncias por los siguientes delitos: corrupción, enriquecimiento ilícito, lavado de dinero por narcotráfico, obstrucción a la justicia, defraudación tributaria, tráfico de influencias, tortura y asesinato.

Ugaz explicó que la nueva fiscal de la nación, Nelly Calderón, se dispone a formar un equipo de fiscales a las órdenes de un fiscal superior para que participe en la investigación judicial contra Montesinos. Indicó asimismo que ha solicitado al Ministerio de Justicia los recursos suficientes para contratar una empresa internacional especializada en el rastreo de fondos y la apertura de una línea telefónica para que la ciudadanía pueda aportar información sobre todo lo relacionado con el ex asesor prófugo.

Las dificultades para hallar al antiguo jefe del SIN no sólo dejan en ridículo al presidente Fujimori en sus operativos frustrados de búsqueda, sino que desmienten las afirmaciones del mandatario de que Montesinos está desesperado en su huida y que sólo cuenta con tres o cuatro amigos que están a su lado. La insistencia de Fujimori en buscar a su antiguo colaborador y confidente en instalaciones militares abona la sospecha de que el fugitivo no está solo y que cuenta con un apoyo nada despreciable en las filas de las Fuerzas Armadas, institución que manejó conforme a sus intereses durante una década.

Oficialmente, las fuerzas policiales y militares de Perú tienen orden de detener a Montesinos, y las autoridades migratorias y fronterizas tienen que impedir a toda costa su salida del país. De momento, Fujimori no puede presentar la pieza más preciada de su cacería.

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