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LA OFENSIVA TERRORISTA

La policía desarticula un 'comando' de ETA que preparaba atentados "inminentes" en Madrid

Ocho detenidos, dos de ellos en Barcelona, y localizados cuatro pisos y un chalé

No es todo el 'comando'

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El comando etarra desarticulado ayer llevaba pocos días en Madrid, pero, según fuentes policiales, estaba preparando ya atentados "inminentes" en la ciudad. El grupo comenzó a fraguarse en el mes de septiembre, cuando la policía localizó en la capital de España a Asier Urretabizkaia, quien se había instalado en un chalé que su hermano y la compañera sentimental de éste tienen en Azuqueca de Henares (Guadalajara), a unos 50 kilómetros de Madrid. Asier, nacido el 17 de junio de 1975 en Santa Cruz de Tenerife, ya había sido identificado por la policía a principios de 1999 tras la desarticulación de un grupo del comando Donosti. Sin embargo, no fue detenido porque en ese momento no se encontraron pistas sobre él.La policía decidió someterlo a seguimiento cuando lo localizó en Madrid. Poco después lo vieron manteniendo una cita con Víctor Goñi Martínez, un donostiarra de 33 años que había sido detenido en 1985 en Vitoria por su presunta vinculación con la infraestructura etarra en la capital alavesa. Ambos estuvieron vigilados durante los meses de septiembre y octubre, lo que permitió localizar, además del chalé de Azuqueca, otros tres pisos en Madrid: uno en la calle de Augusto Figueroa, otro en la calle de las Infantas (ambos en la zona de Chueca) y un tercero en la calle de Caravaca, en el barrio de Lavapiés, en el que fue localizado un ordenador y diverso material electrónico susceptible de ser utilizado para la fabricación de explosivos, según confirmó anoche a la Cadena SER el director general de la Policía, Juan Cotino.

Las alarmas saltaron el pasado 31 de octubre, un día después del atentado con coche bomba en el que perdieron la vida el magistrado José Francisco Querol, el escolta Jesús Escudero y el conductor Armando Medina, tres asesinatos que elevaban a 19 el número de víctimas mortales desde la ruptura de la tregua, en enero pasado. Ese día la policía observó cómo los dos jóvenes se reunían con Ainara Esteran Cruz y Nerea Garro Pérez, ambas a sueldo de ETA.

La primera en ser identificada fue Esteran Cruz, nacida el 21 de junio de 1976 en Barakaldo (Vizcaya) y cuyas huellas fueron halladas en el piso de Zaragoza que ocupaban los presuntos etarras David Pla y Aitor Lorente, a quienes la banda les había encargado montar un comando en la capital aragonesa. Esteran Cruz logró huir en dicha operación.

La otra mujer fue identificada días después como Nerea Garro Pérez, donostiarra de 26 años, quien había formado parte de un grupo del comando Donosti bajo las órdenes directas de Xabier García Gaztelu, Txapote, considerado hoy día el máximo dirigente de ETA, según datos de Interior.

La cita de seguridad hizo que los servicios de Información del Cuerpo Nacional de Policía intensificaran el seguimiento de los cuatro localizados, especialmente sobre las dos mujeres, con la esperanza de que les llevara a la localización y desmantelamiento de la infraestructura de ETA en Madrid, prácticamente intacta desde 1987.

Jaime Mayor, ministro del Interior, aseguró ayer que las dos mujeres debieron apercibirse durante la tarde del lunes de que eran seguidas por la policía. A las 18.30, Esteran y Garro se dirigieron en taxi a la Embajada de Cuba en Madrid, sita en el paseo de La Habana, y, ante la sorpresa de sus perseguidores, entraron en la sede diplomática. Mayor confirmó que fueron los diplomáticos de la embajada quienes llamaron a la policía para informar de que dos ciudadanas vascas acababan de entrar en la legación para solicitar asilo e incluso refugio en dichas dependencias.

Los responsables de la embajada, sin embargo, decidieron expulsar a las dos mujeres de su territorio, aunque éstas en principio se negaron al ver que en la puerta del edificio diplomático había un vehículo de la policía. Hacia las 21.30, las liberadas abandonaron la embajada y fueron detenidas.

En los primeros momentos, las mujeres exhibieron nombres y documentos falsos, pero de poco les sirvió. La policía puso en marcha inmediatamente la operación para detener a sus compañeros. Asier Urretabizkaia y Víctor Goñi fueron capturados durante la madrugada. Junto a ellos fueron detenidas otras dos personas: Lourdes Sánchez, cuñada de Asier, y Alicia Yagüe, supuesta pareja sentimental de Víctor Goñi, cuya relación con ETA no ha sido precisada.

La policía se desplazó inmediatamente a las cuatro viviendas que habían ocupado los supuestos etarras. En los registros encontraron dos pistolas automáticas del nueve milímetros, tres carnés de identidad falsos y otros tres pasaportes falsificados, todos a nombre de las dos mujeres a sueldo de la banda terrorista, siempre según el Ministerio del Interior.

Las detenciones de Madrid condujeron a otro piso en el centro de Barcelona, que había sido frecuentado por Víctor Goñi, vinculado con grupos de teatro de la capital catalana, y Alicia Yagüe. En esta vivienda, supuestamente realquilada por Goñi, fueron detenidas dos estudiantes, una argentina y otra francesa, de quienes por el momento no se ha confirmado si tienen relación o no con ETA.

Las dos mujeres detenidas acababan de llegar a Madrid, por lo que se supone que no participaron en el último atentado en la capital de España, aunque las fuentes de la lucha antiterrorista consultadas no descartan que sí hayan participado en otras acciones de la organización. "Las dos hipótesis son que este comando iba a relevar al otro comando que había actuado hasta ahora o que lo iba a complementar. Lo que sí está claro es que se han evitado nuevos atentados en Madrid", dijo Mayor.

El ministro, no obstante, no quiso lanzar las campanas al vuelo. "Todo apunta a que se han evitado nuevos atentados, pero tampoco podemos decir que se ha desarticulado el comando Madrid, aunque sí un grupo de éste", matizó el ministro. Mayor subrayó que el grupo desarticulado no había actuado aún, pero sí había elaborado ya "información incipiente y superficial sobre futuros objetivos", que se negó a detallar. Los detenidos llevaban en Madrid apenas diez días. Pero ya habían logrado montar una infraestructura propia de pisos en el centro de la ciudad. Los inmuebles que ocupaban en las calles Infantas y Augusto Figueroa están muy próximos al Cuartel General del Ejército y a la sede de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias. Además, habían elegido dos barrios singulares, los de Lavapiés y Chueca, donde la diversidad racial y la liberalidad de las costumbres permiten pasar especialmente desapercibidos.Interior destacó ayer la "extrema juventud" de los detenidos, el más joven de 24 años y el mayor de 33. "Es una demostración más de que a través de Jarrai y de Haika estos jóvenes se incorporan a los comandos", precisó Mayor.

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