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La historia peruana, plasmada en 'Caretas'

La prestigiosa revista cumple 50 años tras salir vencedora de su batalla contra Vladimiro Montesinos

ENVIADO ESPECIAL"Cuidado con este asesor", advertía en la portada del 10 de junio de 1991 la revista peruana Caretas. El aviso se refería a Vladimiro Montesinos, un oscuro capitán de artillería que había sido expulsado del Ejército por traición a la patria en 1976 y que actuaba desde hacía un año como asesor sin cargo oficial del presidente de la República, Alberto Fujimori. "En aquella época Montesinos era considerado un riesgo para la seguridad nacional, su fotografía estaba en todas las dependencias militares, donde tenía prohibida la entrada. Repentinamente, se convirtió en el dueño de los cuarteles y en el Rasputín, por la extraordinaria influencia que adquirió en todas las esferas", señala Enrique Zileri, director de la revista que celebra estos días el 50 cumpleaños.

Por las páginas de Caretas, la publicación más emblemática de Perú, han pasado los grandes acontecimientos de la segunda mitad del siglo XX. No hay en América Latina una revista que haya sobrevivido a "un torbellino de acontecimientos tan extraordinarios": desde los regímenes militares, a los tiempos del terror de Sendero Luminoso, la hiperinflación en el Gobierno de Alan García, el autogolpe de Fujimori, la detención del líder de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, hasta la consolidación del poder de Vladimiro Montesinos.

"La revista se lanzó en el momento más loco que uno pueda imaginar", recuerda Zileri. "En 1950 había una dictadura feroz. Desde sus inicios ha sido una publicación que ha tenido problemas con gobiernos militares y civiles, no por mantener una posición radical de oposición sino por hacer lo que hace toda la prensa independiente del mundo: criticar lo que está mal". Durante el régimen militar de los generales Velasco Alvarado y Morales Bermúdez, Caretas fue clausurada siete veces. El director fue detenido en varias ocasiones, deportado a Argentina y condenado en rebeldía a tres años y medio de cárcel. El delito era siempre el mismo: agraviar el buen nombre del proceso revolucionario o cosas por el estilo.

Enrique Zileri es el único periodista que fue llevado a los tribunales por Montesinos, por llamarle Rasputín. El director de la revista perdió el juicio y fue condenado a año y medio de prisión provisional. El ex jefe del servicio de inteligencia ha aparecido en la portada en más de 20 ocasiones.

Caretas publicó en 1983 la primera fotografía de Montesinos cuando era un abogado de narcotraficantes con buenos contactos en el poder judicial gracias al soborno y el chantaje. El fotógrafo Carlos Saavedra, 25 años en la revista, recuerda la aventura que vivió después de disparar su cámara cuando Montesinos salía de su casa. Se percató de la acción e inició una persecución en coche del fotógrafo por las calles de Lima. "Veía que no tenía escapatoria. Estaba tan asustado que casi me estrello y atropello a un niño. Ya no se trataba de salvar la película sino la vida." El carrete se salvó.

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Por Caretas han pasado los periodistas y escritores más brillantes de Perú. Desde Mario Vargas Llosa, que sigue como colaborador, hasta Gustavo Gorriti, Laura Puertas, Cecilia Valenzuela, Cesar Hildebrandt, Fernando Ampuero...El sentido del humor es el elemento que ha diferenciado a la revista del resto de publicaciones. "Te ejercita la inteligencia", sostiene Zileri. Las portadas son buena prueba de ello. Las hay antológicas como la de octubre de 1968, después del golpe del general Velasco, que presentaba un primer plano de la cara de gorila del ministro del Interior Artola, en su primera conferencia de prensa, y la frase: ¡Mamita Artola!, equivalente a ¡qué miedo! El Gobierno cerró la revista, "No se puede faltar al uniforme de Perú". Un mes después, en el número de reaparición, la portada era una fotografía de un policía rompiendo la puerta del local de Caretas, con el título: "¡Pardiez, la policía!" La autoridad competente decretó un nuevo cierre de la revista.

Zileri describe la revista como de centro-izquierda, aunque precisa: "Hoy en día es fácil ser de centro izquierda porque todo es tan derechista...". "Cuando se habla de que ahora hay una dictadura, a mí me hace gracia, la gente no sabe qué es una dictadura. En el régimen militar nos cerraban la revista y te podían encarcelar por una portada que no les gustaba..." Después vino la presión económica: "Cuando Fujimori dio el autogolpe, nos retiraron la publicidad. Sacamos una portada con la foto de Fujimori con una tachadura en tinta roja en todo el rostro y la frase: Tachado mundialmente. Empezamos a tener deudas". Pero la revista nunca fue cerrada en los últimos diez años.

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