Preguntas en un atasco
El que escribe, por cuestiones que no vienen al caso, padeció hace pocos días un brutal atasco de tráfico en un acceso a Bilbao. Es una de esas ocasiones en las que hay tanto tiempo para pensar (empezando, acaso, por los responsables de la política de transportes) que inevitablemente las preguntas comienzan a acumularse en la cabeza.Por ejemplo, ¿por qué se empeñan las emisoras de radio en ofrecer puntual información del tráfico si siempre se dice lo mismo, que la A-8 sufre importantes retenciones? ¿Cómo se explica que la población descienda pero el parque móvil aumente sin parar? ¿Se han inventado ya los coches que acuden a los atascos sin necesidad de conductor? ¿Con qué precipitación regresan a los cigarrillos los cargos públicos que tienen prohibido fumar ante las cámaras? En serio, ¿cuánto vale un piso en La Concha?
Deploramos los experimentos genéticos en los seres humanos. ¿Qué tiene que ver eso con que ya no se vean por la calle niños con síndrome de Down? ¿De verdad es mérito de los médicos? ¿Todos esto nos hace mejores? Por cierto, ¿qué dice la derecha?
¿Podrá la fiscalidad sobre las empresas de seguridad (gorilas, videocámaras, etc.) compensar el vacío que dejará Iberdrola en las arcas forales de Bizkaia? ¿Qué hace a estas alturas Martín Villa, resucitando y haciéndose de nuevo hombre entre nosotros? ¿Por qué las monjas que se ven por la calle nunca levantan más de metro y medio del suelo? ¿Por qué en los años setenta los avistamientos de ovnis eran nuestro pan de cada día y hoy no cae un triste marciano en los campos de la Rioja Alavesa?
Se venden millones de libros al año. ¿Alguien tiene tiempo para leerlos? ¿Quién es esa Bermúdez de la que habla la gente? ¿El pecho de qué famosas es auténtico? ¿Se sostiene por sí mismo? ¿El feminismo y la ley de la gravedad son compatibles? ¿Cuántas milésimas de segundo ha dedicado Ana Rosa Quintana a corregir una frase anfibológica? ¿Por qué un vecino de Albacete llega a asesinar a su paisano a cuenta de un partido de fútbol entre el Madrid y el Barcelona? ¿Tendrá eso algo que ver con los desequilibrios territoriales? ¿Y con los fondos de cohesión? ¿Qué es el colonialismo cultural?
¿Por qué en la tele los toreros visten siempre como elegantes caballeros, los baloncestistas como deportivos universitarios y los futbolistas, invariablemente, parecen unos macarras? ¿Quién reparte a estos últimos corbatas de cuero en los vestuarios?
¿Es cierto que, si dimite Ibarretxe, acabará el hambre en el mundo? ¿Se cerrará el agujero de ozono? ¿Y lo del oso panda? Siempre hay un Pío Cabanillas que sale por la tele, pero ¿tiene sentido que salga desde que tengo uso de razón? ¿Hay nombres incombustibles o sólo políticas eternas? ¿Alguien sabe dónde estaba Odón Elorza el día de la toma de La Bastilla? A ver, que empiece a dar explicaciones.
¿Hace cuántos años que usted no graba nada en ese vídeo que le costó una pasta? ¿Por qué en las tierras de secano se sigue llamando buen tiempo al viento sur? ¿En cuántos meses el caudal del Ebro quedará agotado por los grifos de Marbella? Los lectores de periódicos, ¿tienen derecho a la objeción de conciencia ante el suplemento dominical? ¿Qué telediario no cae por su propio peso? ¿Cuántas garantías atesora usted en casa de aparatos que ya ha tirado a la basura? ¿Por qué llueve todos los fines de semana, precisamente desde que no estoy de vacaciones? ¿Es necesario pedir perdón por no tener dinero? ¿Para qué sirven los seguros multirriesgo, aparte de para formalizar un crédito hipotecario? ¿Ha tomado Nicole Fontaine algún pincho de tortilla en la calle Pozas? ¿Por qué en los concursos de televisión siempre gana un tipo que no supo en qué continente está Bulgaria? Con lo pequeña que es Palestina, ¿dónde se coloca una mesa de negociación cuando la tierra revienta de cadáveres? ¿Se aceptan los emplazamientos que sugiere nuestro presidente de Gobierno?
¿Alguien sabe lo fructífero que puede ser un atasco, si elucubra sobre todas sus ignorancias?
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