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ELECCIONES 2000

México suspira por un presidente de EE UU más sensible con el Sur

Juan Jesús Aznárez

México se encomienda a las buenas relaciones de Vicente Fox con los dos candidatos a la presidencia de EE UU, aunque tal vez George Bush sea más proclive a profundizar el Tratado de Libre Comercio (TLC) con México y Canadá. Los mexicanos escrutan los comicios porque 15 millones de los suyos viven en una nación con la que comparten 3.200 kilómetros de frontera. Casi uno de cada cinco mexicanos está vinculado con el fenómeno migratorio.

Dos prioridades (y disputas) entre México y EE UU: la emigración y el narcotráfico. Unos 300.000 mexicanos emigran cada año al norte; más de la mitad, ilegalmente, sumándose a los cerca de 15 millones de compatriotas afincados desde hace décadas en los Estados fronterizos. Cada año ingresan en México más de seis mil millones de dólares en las remesas enviadas por los trabajadores a sus familias, cuantía que equivale casi a las exportaciones petroleras anuales.Rafael Fernández, investigador del Instituto Tecnológico Autónomo de México, piensa que Bush impulsaría la ampliación del libre comercio con América Latina, y el TLC firmado en 1994 con México, "porque Gore tiene más compromisos con las centrales trabajadoras y los grupos ambientalistas, que son los más reacios a la apertura de fronteras". De acuerdo con el analista Alfredo Halife, en una recesión económica, los sindicatos detrás del candidato demócrata serían beligerantes con la política de libre tránsito de trabajadores propugnada por Fox, miembro del conservador Partido de Acción Nacional, y ganador de las elecciones presidenciales del 2 de julio.

Bush, como gobernador de Tejas, mantuvo frecuentes contactos con funcionarios mexicanos, y con el presidente, Ernesto Zedillo. Tejas comparte con México más de dos mil kilómetros de frontera. Para evitar los choques fronterizos, Fox aboga por un mercado común a 20 o 30 años vista.

"El desafío es enorme porque un trabajador gana 5 dólares al día en México y 60 en Estados Unidos por el mismo trabajo", subraya Fox. La distancia salarial es de 30 veces entre el operario de una fábrica estadounidense y un campesino mexicano. La oferta es imbatible; grupos de contrabandistas cobran hasta 2.000 dólares (unas 380.000 pesetas) por persona. Halife opina que el asunto migratorio será uno de los más peliagudos a tratar por las dos nuevas administraciones.

Un estancamiento económico en EE UU, señala, obligaría a políticas proteccionistas que probablemente con Gore serían más drásticas. "En la perspectiva globalizadora convendría a México un triunfo de Bush; en la perspectiva nacionalista, es menos malo que gane Gore; por eso, Fox está rezando por que gane Bush".

Las relaciones mutuas son históricamente complejas. "Está establecida una dinámica perversa; cada Gobierno ve al otro como un problema, y ninguno puede o quiere evitarlo", señala el historiador Lorenzo Meyer.

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La relación amor-odio es evidente, no en vano Estados Unidos arrebató a México casi la mitad de su territorio en el siglo XIX, pero la estabilidad de este país es fundamental para Washington, y lo demuestra su diligencia en el desembolso de los 45.000 millones de dólares que evitaron, en buena parte, el colapso en la crisis financiera de las navidades de 1994. Si la avalancha de peones es hoy un problema, una nación en bancarrota hubiera inundado la frontera.

El 'hombre' de Coca-Cola

"¿Dicen de usted que es el hombre de Estados Unidos?", le preguntó este corresponsal a Fox en una entrevista. "No es cierto; me conozco muy bien a los americanos. He tenido una intensa relación con ellos toda mi vida; y sé lo que representa la dignidad, la soberanía, la independencia, el vasallaje americano tratando de imponer su modelo", respondió. Efectivamente, Fox los conoce, al menos en el flanco empresarial, pues trabajó casi 15 años a sus órdenes, primero como vendedor y después como presidente de Coca-Cola en México. "Sé lo que representa ese, entre comillas, abrazo del oso gigantesco que nos rompe las costillas".El político que destrozó en julio la hegemonía de 71 años del Partido Revolucionario Institucional pide "dejar atrás los tabúes y los paradigmas, y aprovechar esa situación geográfica privilegiada". Aboga por superar la fase del TLC: "Y movernos hacia un mercado común tomando la sabiduría de Europa. De no poder hacerse, debemos voltearnos hacia el Sur, hacia el Mercosur [Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay], y unir a Chile, Argentina, Brasil y México".

EL TLC, y las cadenas de montaje establecidas en la frontera con capital extranjero, las maquiladoras, emplean a más de un millón y medio de mexicanos. Los bajos salarios y unos convenios laborales que garantizan la ausencia de huelgas son dos de los atractivos para los inversionistas. Este país, de cien millones de habitantes, casi la mitad en la pobreza, desplazó a Japón como segundo suministrador de bienes y servicios de EE UU. El intercambio bilateral alcanzó los 199.000 millones de dólares.

Y, contrariamente a la reflexión atribuida al dictador de principios del siglo XX Porfirio Diaz: "Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos", Fox asegura: "Somos la envidia de casi cualquier país al ser vecinos del mercado más grande del mundo".

Pero también el principal mercado de consumo de drogas; los carteles colombianos y mexicanos proporcionan el grueso de la cocaína, heroína o marihuana, y ese fenómeno causa serias disputas, centrifuga miles de millones y envenena las instituciones. "No es válido que Estados Unidos, bueno, los narcotraficantes norteamericanos, a base de cañonazos de millones de dólares compren conciencias en México. Hay que hacer un acuerdo internacional muy serio", aseguró Fox a este diario.

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