El BCE interviene dos veces y en solitario en apoyo del euro sin ningún éxito

El Banco Central Europeo (BCE) decidió ayer intervenir en solitario, y en dos ocasiones, para darle un empujón al euro, pero sólo consiguió resultados momentáneos. Aunque el cambio oficial fijado fue de 0,8730, a última hora la moneda europea se cambiaba a 0,8640 dólares al nivel del cambio oficial marcado un día antes. El montante de las compras de euros realizadas por el BCE no trascendió, aunque las estimaciones del mercado lo situaban en 2.000 millones. El objetivo de esta intervención, que responde a la inquietud por los precios, es que el euro refleje los fundamentos de las economías que representa.

El BCE decidió actuar en el mercado a favor de la corriente, cuando el euro llevaba una semana de remontada. Desde el mínimo histórico alcanzado el pasado 26 de octubre (0,8252) en su cambio oficial respecto del dólar, la divisa europea se ha revalorizado un 6%. Ayer no varió esencialmente la situación y el euro se cambiaba por la tarde en los mercados a un nivel que llegó incluso a ser algo inferior al de la víspera.La primera intervención se produjo hacia las 10.30, con el euro a 0,8631 dólares. En ese momento saltó a 0,8746 (190 pesetas por dólar) para después deslizarse a la baja. A las tres de la tarde, aproximadamente, se detectó la segunda intervención, cuando el euro se cambiaba a 0,8579. Entonces remontó hasta los 0,8642, nivel que perdió después hasta cambiar a 0,8630 más avanzada la tarde, para después recuperarse un poco.

Ésta es la primera vez desde que existe el euro, el 1 de enero de 1999, en que el BCE interviene en solitario en respaldo de la moneda. La anterior se produjo el 22 de septiembre pasado, pero en ella participaron también la Reserva Federal de EE UU, el Banco de Japón, el de Canadá y el del Reino Unido y con el euro hundido.

Esa primera intervención tampoco sirvió para mucho, a pesar del respaldo dado por el G-7. La moneda europea inició una vertiginosa carrera de descenso que sólo se ha detenido tras conocerse un pobre resultado para el crecimiento de la economía estadounidense en el segundo trimestre del año (2,7%). En esa situación, con el euro menos débil, es cuando el BCE se atrevió a llevar a cabo una intervención en solitario un día después de la reunión de su consejo. La actuación cogió por sorpresa a los mercados.

En el escueto comunicado difundido ayer para explicar la operación, el BCE insiste en que "el cambio de la divisa europea no refleja los fundamentos de las economías que representa ni sus favorables perspectivas de crecimiento". Añade que la intervención responde a "la inquietud acerca de las repercusiones globales e internas del cambio del euro, lo que incluye su impacto en la estabilidad de precios".

Al margen de las razones de fondo, en el mercado se especulaba con las razones que habían llevado a realizar la intervención precisamete ayer. Según la opinión más extendida, el BCE habría tenido en cuenta que ayer era festivo en Japón y que la Rerserva Federal se iba a mantener al margen hasta las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos (7 de noviembre). Ambas circunstancias hacían presuponer que el mercado estaría con menos actividad y, por tanto, la intervención sería más efectiva. El euro no respondió de forma duradera, lo que se atribuye a que los inversores estadounidenses no consideran que una intervención sin respaldo de la Rerserva Federal pueda ser efectiva.