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La mejor terapia

Un médico discapacitado abre una agencia para ayudar a las personas a relacionarse

Un leve hormigueo en la mejilla fue el primer anuncio de aquella catástrofe; luego empezaría a no sentir los dedos. Los continuos mareos le llevaron directamente al hospital. Al médico Miguel Ángel Lluch Moreno (Sevilla, 1956) le diagnosticaron, hace 13 años, una tetraparesia atáxica que, si se atiende a sus síntomas, significa: doble visión, pérdida del equilibrio, imposibilidad de andar, dificultades en el habla, ausencia de memoria... "Después de la operación, en la que le quitaron un coágulo del cerebro del tamaño de una canica, Miguel Ángel ha tenido que aprenderlo todo de nuevo; como un niño chico", explica María Regla, su esposa.

Esto sucedía en 1987. Antes, durante siete años, desde que a los 23 terminase su carrera de médico, el Lluch Moreno ejerció como doctor en el Servicio Andaluz de Salud. La enfermedad truncó su carrera, pero no su vocación de servicio ni su voluntad. Desde entonces, en todo este tiempo, su único empeño ha sido recuperarse para ser útil de nuevo y seguir sirviendo a la sociedad.

Su contacto con las personas discapacitadas -él se desplaza en silla de ruedas y aún no puede expresarse muy bien- le llevaron, hace seis meses, a organizar una agencia de relaciones humanas. "Creo que nosotros, debido a nuestras discapacidades, tenemos muchos más problemas que la gente corriente para, por ejemplo, encontrar una pareja", explica Miguel Ángel Lluch.

Así nació MR. La agencia le ofrece a sus clientes, -"con absoluta seriedad y total discreción", puntualiza María Regla- ayuda para ampliar su círculo de amigos; la posibilidad de encontrar pareja sentimental y, si ya la tienen, "ayuda para resolver las dudas que les vayan surgiendo", aclara Lluch.

A los discapacitados, o a cualquier persona que acuda a la agencia, el único requisito que se le exige es ser mayor de edad. MR oferta también apoyo psicológico y asesoramiento médico, si es que el cliente sufre algún tipo de disfunción sexual. El precio, único, por todos los servicios, es de 25.000 pesetas. Una cantidad, ésta, que da derecho a hacer cuantas consultas sean necesarias, así como a mantener un número ilimitado de encuentros con aquellas personas que, de acuerdo al perfil exigido por el cliente, la agencia considere que reúnen las cualidadades y características idóneas para formar una pareja.

Así se han formado, en los seis meses que lleva abierta MR, ocho parejas estables entre personas capacitadas y dos más entre discapacitadas. "Por el momento, mixtas que podríamos llamar, no ha surgido ninguna", comenta el promotor de esta idea.

Y hablando de ideas. La última que se le ha ocurrido a Miguel Ángel Lluch es crear un club para jóvenes discapacitados. El límite de edad establecido para formar parte de él es de 23 años.

"El objetivo", dice, "es conseguir que estos chicos, que en la mayoría de los casos son tetrapléjicos debido a accidentes de tráfico, no se aíslen y encuentren nuevos amigos y participen en las actividades culturales y recreativas que les proponemos". Han sido las madres, en última instancia, las que después de llamar angustiadas por este problema le han dado la idea al doctor Lluch.

El medio centenar de clientes que tiene MR son, por el momento, su mejor aval. Y su principal objetivo, según su promotor, es ayudar a los discapacitados a resolver las carencias afectivas y de relación que tienen; tan importantes, a veces, como su propia discapacidad.

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