El defensor del Pueblo de Perú pide que se respete la vida del militar sublevado
El defensor del Pueblo peruano, Jorge Santistevan, viajó al sur del país para propiciar una salida negociada que ponga fin a la sublevación del teniente coronel Ollanta Humala al frente de un puñado de insurrectos. El mediador se entrevistó en el cuartel de Moquegua con los jefes militares de la Tercera Región para que se respete la vida y la dignidad del oficial rebelde, que en las últimas horas ha recibido el apoyo popular en varios puntos de la región.
Según anunció ayer Santistevan, el Ejército garantizó que respetará la vida de los sublevados. A primera hora de la tarde, Santistevan había emprendido vuelo a bordo de un helicóptero hacia la inhóspita zona de La Puna andina donde se encuentran los militares sublevados. Unos 150 reservistas que sirvieron en el Ejército entre 1964 y 1996 se han puesto a las órdenes del oficial insurrecto y tratan de unirse a sus hombres. En la plaza de Armas de Tacna y en Moquegua, los ex combatientes, que dicen haber formado el Batallón Ollanta, fueron despedidos por miles de personas que vitoreaban al militar rebelde como un héroe. Los reservistas no llevan armas, sólo víveres y frazadas. Entre ellos hay varios veteranos de la guerra del Cenepa, que enfrentó a Perú y Ecuador, como el cabo Mamani, que declaró a los periodistas antes de salir de Tacna: "Ollanta representa lo que los peruanos queremos de nuestros soldados: dignidad y valor para luchar por nuestro país y limpiarlo de la lacra de Montesinos y 'el Chino'". Los reservistas difícilmente llegarán hasta donde se encuentran Ollanta y sus hombres, ya que, según las últimas noticias, están cercados en un área de cinco kilómetros cerca del poblado de Chiligue, a más de 5.000 metros de altura, en un terreno muy agreste.
El embajador estadounidense en Perú, John Hamilton, rechazó en nombre de su Gobierno el levantamiento del teniente coronel Humala -"hay que respetar la Constitución peruana y los militares no tienen que ser deliberantes", dijo-, se mostró optimista por los avances en el diálogo entre Gobierno y oposición y aseguró que la situación en Perú es mejor de lo que se percibe. "Creo que la ruptura entre Fujimori y Montesinos es definitiva, lo que le da mucha credibilidad a la decisión del presidente de desactivar el SIN.
Dos hechos de las últimas horas rebaten el optimismo del embajador: en la reunión del martes de la Mesa de Diálogo que promueve la Organización de Estados Americanos (OEA), los representantes gubernamentales se negaron a consensuar la adopción de un dispositivo legal que habría permitido el reemplazo de la cuestionada fiscal de la Nación, Blanca Nélida Colán, por un magistrado de reconocida independencia. El tema será discutido en el Congreso, quizá la próxima semana, con lo que una vez más se mantiene en el poder judicial a uno de los principales peones de Montesinos.
El otro hecho preocupante es la celeridad con que el juez Víctor Martínez Candela admitió un recurso de amparo y una medida cautelar presentados por Montesinos contra una resolución del Colegio de Abogados, que dejaba en suspenso su carné profesional y el título de inscripción mientras durara la investigación sobre el soborno del ex jefe del SIN al congresista tránsfuga Alberto Kouri. Montesinos, expulsado del Ejército con el grado de capitán, estudió después la carrera de Derecho.
El decano del Colegio de Abogados mostró su sorpresa por los cuatro días que empleó el juez Martínez Candela en aceptar a trámite el reclamo de Montesinos. "Uno puede pasarse meses y años para que sus demandas sean admitidas y otros lo pueden hacer en apenas unas horas. ¿Qué revela eso?", preguntó. El magistrado en cuestión ha estado vinculado a varios escándalos del régimen de Fujimori y acaba de desestimar un hábeas corpus presentado por presos de Sendero Luminoso que reclaman que se compruebe el estado de salud de su líder, Abimael Guzmán, quien cumple cadena perpetua en la base naval del Callao, en una celda bajo el nivel del mar.
