Ramos-Horta pide un tribunal internacional para Timor Oriental
El premio Nobel de la Paz y vicepresidente de la resistencia timorense (CNRT), José Ramos-Horta, defendió ayer en Lisboa la creación de un tribunal internacional para juzgar los crímenes de genocidio cometidos en la ex colonia portuguesa. El presidente de la resistencia timorense, Xanana Gusmão, mientras, defendió que las responsabilidades sobre la destrucción de Timor Oriental, tras el referéndum para su independencia en septiembre de 1999, no deben limitarse al jefe de las milicias Aitarak, Eurico Guterres, sino extenderse "a los líderes políticos proindonesios y a los generales de Yakarta, todos ellos mucho más responsables que Eurico". Durante su visita a Portugal, Gusmão y Ramos-Horta, acompañados por el obispo de Dili y también Nobel de la Paz, Ximenes Belo, reclamaron de las autoridades de Lisboa nuevas ayudas para la reconstrucción del territorio. El primer ministro António Guterres se comprometió a enviar 12.000 millones de pesetas de ayuda para el próximo año y a reforzar el contingente de tropas portuguesas en Timor.
El líder timorense reconoció que "construir una nueva patria no es una tarea fácil". "Necesitamos", dijo, "impulsar el proceso de transición con nuevos programas y nuevas ayudas; tenemos mano de obra, pero no dinero para pagar. Ha sido un año muy difícil para reconstruir todo el territorio y a la vez responder a las necesidades de nuestro pueblo. Somos independientes, pero estamos pasando hambre".
Falta de credibilidad
Ramos-Horta insistió en la necesidad de que las Naciones Unidas creen un tribunal internacional para juzgar a los responsables de las masacres en Timor. A su juicio, las promesas de los responsables indonesios "han perdido toda la credibilidad y aún nos encontramos a la espera de que las autoridades de Yakarta desarmen a las milicias proindonesias y protejan a los refugiados en Timor Occidental". Ramos-Horta califica de "realmente grotesco" que las autoridades de Yakarta denegaran la extradición del jefe de las milicias, Eurico Guterres, lo que "viola" un acuerdo alcanzado el pasado abril mediante el cual ambas partes se comprometían a entregar a los sospechosos de esos crímenes. Los responsables timorenses acusan a las autoridades indonesias de continuar con sus estrategias dilatorias. Dan un paso al frente y dos atrás. Se comprometieron a juzgar a los responsables de las matanzas, pero sus máximos dirigentes se encuentran en libertad y al margen de las investigaciones oficiales. También se comprometieron a facilitar el regreso de los timorenses orientales que se encuentran retenidos en diversos campos de refugiados en el área occidental de la isla. Nada se sabe de ellos, y mucho menos desde la evacuación de todas las organizaciones humanitarias de Timor Occidental. Algo similar ocurre con el prometido desarme de las milicias.
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