Rabia y miedo

Intentemos imaginar el momento en que ETA elige a sus víctimas, cuando las elige. Busca un representante de sus enemigos, que no tienen cuerpo. (Representar: ocupar el lugar de otro para defender sus intereses como propios). Si la víctima representa al Estado y/o a la política enemigos, los verdugos no dudan en asignarle una relación de parentesco público que justifique la ejecución. Consiguen, además, que la víctima represente la inocencia de los que observamos, impresionados, ese conjunto de muertes injustas. Imponen la cercanía, y nos matan de rabia y miedo.Eligen a la víctima, y pueden, por su vocación, imaginar antes que nadie las consecuencias del acto simple de quitarles la vida. Buscan unas consecuencias políticas y, apenas dejen de mirar sus manos entrenadas, pudieran pensar en las consecuencias éticas. Ellos juzgan cuando matan, sin proceso, sin pruebas, sin defensa, sin posibilidad de recursos, sin amparo de los derechos más elementales.- José Antonio Tello Sáenz. Madrid.