Un futuro basado en la inversión

Analizar el sector de las artes gráficas es analizar un sector que depende invariablemente de la coyuntura económica en la que desarrolla su actividad, de ahí que encuentre sus mejores y peores momentos al lado de las empresas a las que dirige sus productos. Según esto, y teniendo en cuenta que los últimos PIB generados en Euskadi están siendo positivos, podemos afirmar que las artes gráficas están viviendo uno de esos momentos dulces, que permiten poder prepararse para afrontar así un futuro a veces algo incierto, marcado, como en la actualidad, por el encarecimiento de las materias primas, que, en la mayoría de los casos, no puede ser repercutido en su totalidad al cliente. La puesta a punto de nuestras empresas se está realizando, en primer lugar, alcanzando un fuerte nivel de inversiones. Somos conscientes de la necesidad de renovar nuestra maquinaria, a pesar de su alto coste. Necesitamos adaptarla a los constantes cambios tecnológicos que llegan siempre del exterior. Sin embargo, estas inversiones suponen un considerable esfuerzo económico y deben ser calibradas en su justa medida para evitar un sobredimensionamiento de la empresa que la haga poco adaptable a los momentos de escasez de pedidos. Frente a ello, la maquinaria de última generación nos permite producir con mayor calidad, dándose al mismo tiempo, una reducción de los plazos de entrega, tal y como exige el mercado.

La evolución de nuestras empresas ha sido bastante semejante. La mayoría de ellas nacieron de la nada, en pequeños talleres, dentro del ámbito familiar. Fueron creciendo en tamaño, pasaron una dura crisis, y en estos momentos muchas de ellas se encuentran ya en segunda generación. Aquellas que se convirtieron en empresas de grandes dimensiones fueron cerrando y dando lugar a otras de menor tamaño. Pero todas las que han llegado a nuestros días comprendieron la necesidad de adaptarse con versatilidad a los cambios que venían.

Los que ahora gestionamos empresas del sector, como imprentas, fotomecánicas o empresas de acabado, debemos ser capaces de adelantarnos al futuro y prever los procesos de producción que se van a imponer en adelante, decisión que no siempre es fácil. Los procesos de calidad en los que estamos inmersos deben desembocar en una mejora del producto final y en la satisfacción permanente del cliente. Debemos continuar con la formación permanente de todo tipo de personal recabando el apoyo de la Administración.

En definitiva, las artes gráficas en Euskadi están alcanzando estándares altos de calidad que nos están permitiendo competir en mercados exteriores que hasta ahora parecían de difícil acceso. Todo ello es fruto de un pasado forjado con mucha dedicación y de un futuro basado en la inversión constante y en la calidad del producto.

Iñaki Garcinuño es director comercial de Imprenta Garcinuño.