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Los Octubre premian un ensayo sobre Sant Vicent y dejan desierto el premio de narrativa

Albert Toldrà gana el Joan Fuster y el edil de EU, Pere Bessó, el Vicent Andrés Estellés

Ferran Bono

Soprendente fue ayer el fallo del jurado de la XXIX edición de los Premis Octubre de literatura porque no hubo ganador. El jurado prefirió dejar desierto el Premi Andrómina debido a la baja calidad de las obras presentadas. Todo lo contrario que en el Joan Fuster de ensayo, que fue muy disputado, y recayó finalmente en la investigación de la iconografía medieval a partir de los sermones de Sant Vicent del catalán afincado en Valencia Albert Toldrà. También se destacó el alto nivel del Vicent Andrés Estellés que recayó en el poeta y concejal de Mislata de EU, Pere Bessó.

No es la primera vez que queda desierto el premio de narrativa de los Octubre, dotado con dos millones de pesetas que se acumularán en la dotación del Andròmina de la próxima edición. Ya sucedió en la década de los ochenta. La decisión, que "no es nada alentadora y a nadie nos gusta", apuntó el representante del jurado, Màrius Serra, se ha adoptado porque ninguno de los 26 originales presentados ha concitado unanimidad sobre su virtudes literarias.Ante esta situación se ha optado por beneficiar la próxima edición y no caer en el perversión de los grandes premios literarios, tanto en castellano como en catalán, que funcionan "como mecanismo del mercadotécnia editorial". Y añadió Serra: "el Andròmina premia intereses literarios". El también escritor quiso subrayar que el número de originales que han optado al Andròminia es uno de los más elevados, si no el mayor, dentro de los premios de las letras catalanas, lo que pone de relevancia el poder de convocatoria de los Octubre.

Dos veces había concurrido el poeta valenciano y catedrático de instituto de Literatura, Pere Bessó, a estos premios. "Y a la tercera ha sido la vencida", señaló el también concejal de EU en Mislata de 49 años con un rostro alegre pero cansado por la celebración del premio obtenido gracias a Narcís de la memòria y dotado con medio millón de pesetas. Se encontraba en Madrid con motivo de la asamblea de IU cuando se enteró de que este poemario en el que ha trabajando cuatro años y en el que originalmente establecía irónicos diálogos con grandes poetas había sido el vencedor.

Premio Ausiàs March por Pagaràs els ous de cugul (Edicions 62), Bessó concibió su obra como "un libro de elogios en el sentido clasicista del elogio", pero el libro fue creciendo con otras cuestiones hasta dar como resultado Narcís de la memòria. Bessó aceptó las influencias de la literatura castellana y anglosajona que había apuntado previamente el representante del jurado de poesía, el poeta y profesor Jaume Pérez Montaner, y citó algunos poetas, como Ezra Pound, Marianne Moore, Derek Walcott, Philip Larlain, Jaime Gil de Biedma o Carlos Barral.

Pérez Montaner destacó el "nivel muy alto" de gran parte de los 41 poemarios presentados. En el mismo sentido se expresó el profesor de la Universitat Autònoma de Barcelona, Joan Manuel Tresserras, representante del jurado de ensayo, respecto a los 14 trabajos que optaban al millón de pesetas del concurso. De hecho, se ha recomendado la publicación de dos estudios sobre Teodoro Llorente y Joan Fuster, además del ganador Aprés la mort. Treserras aprovechó la ocasión para recalcar el origen universitario (una tesina coodirigida por Albert Hauf y Francesc Gimeno) de este ensayo "espléndido y riguroso".

Su autor, Albert Toldrà, nacido en 1964 y auxiliar administrativo de la Universidad de Valencia, explicó que su obra es "un viaje al cielo y al infierno según los sermones de Sant Vicent" que se detiene en la investigación de las expresiones artísticas (fundamentalmente de la pintura catalana, y también de literatura) de la iconografía gótica. Licenciado en Historia Medieval, Toldrà resaltó la gran versatilidad de los sermones del predicador, que igual realizaba una profunda reflexión teológica que cambiaba de registro y bajaba al "populismo más exagerado", algo así "como Malcom X", dijo medio en broma. Toldrà asintió al comentario de Treserras sobre la influencia del gran historiador Jacques Le Goff.

La Generalitat Valenciana rehúsa participar en el 'Diplomatari Borja' que dirigirá Miquel Batllori

La Generalitat Valenciana fue la gran ausente en el acto de presentación, celebrado ayer en seno de los Premis Octubre en el paraninfo de la Universidad de Valencia, del ambicioso proyecto editorial Diplomatari Borja, que pretende reunir, bajo la dirección del estudioso catalán Miquel Batllori, toda la documentación dispersa en los archivos europeos sobre la familia valenciana, lo que supondrá la edición de alrededor de 50 volúmenos en un periodo estimado de 20 años. El decano de la catedral de Valencia, Ramon Arnau, los consejeros de Cultura de Cataluña, Jordi Vilajoana, de las Islas Baleares, Damià Pons, de Aragón, Javier Gallizo, el representante del gobierno andorrano, Jordi Guillamet, el representante del municipio de l'Alguer, Rafael Caria, el rector de la Universidad de Valencia, Pedro Ruiz, el especialista Miquel Batllori y el editor Eliseu Climent firmaron ayer un protocolo de intenciones para aportar "medios materiales y humanos" para la realización del proyecto. El texto indica que "la entidad idónea para llevar a cabo la edición es la editorial Tres i Quatre".Desde la Consejería de Cultura del gobierno valenciano se ha señalado que no era procedente que la invitación al acto se hubiese cursado desde el vicerrectorado de Cultura, una circunstancia que, sin embargo, no ha impedido la asistencia de los demás representantes instucionales. El único cargo el PP presente en la ceremonia de arranque del proyecto fue la concejal de Cultura de Valencia, María José Alcón, quien destacó la importancia de la iniciativa y de los documentos que posee el Ayuntamiento.

En el transcurso del acto se leyó una propuesta de composición del patronato de honor y de la comisión editoria en el que incluye a múltiples insitutuciones políticas, entre ellas la Generalitat Valenciana, y eclesiásticas.

El prefecto del Archivo Secreto del Vaticano, Sergio Pagano, el decano de la catedral de Valencia, Ramon Arnau, los historiadores Romeo De Malo y Jocelyn Hillgart y Pedro Ruiz coincidieron en destacar la fundamental importancia histórica de los Borja. Miquel Batllori rindió, además, un sentido homanaje al estudioso valenciano Luis Cerveró (1902-1983), verdadero iniciador con sus investigaciones del proyecto que ayer se alumbró.

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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