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Kostunica y Putin piden que la OTAN compense a Yugoslavia por los ataques

Nunca será como antes, como en tiempos de Slobodan Milosevic y Borís Yeltsin. Sin embargo, la cumbre que ayer celebraron en la capital rusa Vladímir Putin y Vojislav Kostunica demostró que ambos líderes quieren rescatar el máximo posible de la que fue una relación bilateral privilegiada. Por lo pronto, coincidieron en condenar la campaña de bombardeos de la OTAN (que el líder de Belgrado calificó de "criminales") y en reclamar que quienes machacaron desde el aire el país balcánico paguen ahora la factura de la reconstrucción, a la que Rusia prometió sumarse con entusiasmo. Putin fue demasiado cauto (o miope) y tardó en reconocer a Kostunica como presidente legítimo de Yugoslavia. Insistió hasta el último momento en su oferta de mediación entre el candidato de la oposición y Milosevic, y tardó en aceptar la evidencia de que la segunda vuelta de las elecciones era una quimera. Luego supo quebrar la cintura sin perder demasiado el tipo, y ahora defiende la necesidad de recuperar a Yugoslavia como su mejor aliado europeo más allá del antiguo y ya fundido telón de acero.

No le será fácil. Kostunica, en una entrevista concedida a la segunda cadena de la televisión estatal, dejó muy claro el jueves por la noche que su país confía ahora, "no sólo en sus más cercanos vecinos y tradicionales socios, como Rusia, sino también en Occidente". Parece que Putin prometió ayer al presidente yugoslavo que se reanudará en breve el suministro de gas, cortado por el monopolio estatal Gazprom a comienzos de año por impago de una deuda de 80.000 millones de pesetas. Si es cierto, Kostunica tendrá un respiro en uno de sus grandes quebraderos de cabeza, ya que la perspectiva de un invierno sin calefacción y con frecuentes cortes de energía eléctrica amenazaba con provocar disturbios.

Si Rusia abre de nuevo el grifo, ese gesto valdrá más que mil palabras repletas de retórica, como las que ayer intercambiaron los dos presidentes, que acordaron mantener un diálogo político regular a todos los niveles (incluso al más alto) y potenciar sus relaciones económicas bajo los términos de "naciones más favorecidas". El comunicado conjunto recuerda la necesidad de establecer buenas relaciones entre los países surgidos de la antigua Yugoslavia y de que el futuro de Kosovo se desarrolle dentro de la nueva, reducida ahora a Serbia y Montenegro.

Putin elogió a su huésped por haber sido capaz de superar sin un baño de sangre la situación creada y por haber sido capaz de romper el aislamiento de su país. El presidente yugoslavo indicó que hay muchas cosas en Rusia que le son cercanas, como la común fe ortodoxa, la cultura, la literatura y el folclor. Además, recalcó, "Rusia ha estado siempre del lado de Yugoslavia".

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