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Una mujer muere 13 días después de ser acuchillada por su esposo

Consuelo Castaño, de 64 años, es la última víctima mortal de la violencia doméstica (la decimosexta en lo que va de año en Madrid). Murió el pasado fin de semana en el hospital Gregorio Marañón tras agonizar durante dos semanas por las cuchilladas que supuestamente le asestó en el cuello su marido, Román Lozano de la Fuente, de 67 años. La agresión, desatada por los celos, ocurrió el pasado día 6 en la calle de la Fuente de Piedra, en Vallecas. El supuesto homicida ya ha sido encarcelado.

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Apaleada por su marido

La víctima y su cónyuge contrajeron matrimonio hace 35 años. La convivencia entre ambos se quebró en los últimos años, cuando Román empezó a obsesionarse con la idea de que su esposa le era infiel. Román, un tractorista recién jubilado, había llegado a amenazar en público a Consuelo si la veía con otro hombre. Sus hijos y familiares estaban asustados con el comportamiento del hombre, pero nuncan pensaron que pudiera producirse un desenlace tan trágico. Tanto, que ni siquiera denunciaron las coacciones que padecía su madre, según los allegados. "Nuestro padre estaba últimamente un poco mal porque pensaba que nuestra madre se iba con otros, pero nosotros nunca creíamos que iba a hacer eso", asegura Román, el hijo mayor del matrimonio. "Eran sospechas infundadas", remacha la nuera de Consuelo.

Los hijos explicaron que Consuelo y Román pasaron las últimas vacaciones en la playa en "armonía" y "aparentemente muy felices". Pero el padre siempre que volvía a ver a su mujer con otro hombre le pedía explicaciones.

El pasado 6 de octubre, la pareja discutió por celos. A continuación, el hombre abrió una navaja, de 10 centímetros de hoja, y degolló a su mujer. Luego le clavó el acero otras tres veces en el cuello. Todo ocurrió en el cuarto de baño. La esposa trató de defenderse y sufrió también cortes en los dedos de las manos. Tras el ataque, el hombre bajó a un bar y le contó al dueño que acababa de acuchillar a su esposa. Luego se presentó en la comisaría del distrito de Vallecas y entregó el arma con la que hirió a su esposa.

Consuelo, en gravísimo estado, logró arrastrarse hasta el rellano de la escalera, donde fue reanimada por los médicos del 061. Estuvo hospitalizada hasta que su corazón se paró el pasado viernes. La familia ahora teme que el supuesto homicida salga pronto de la cárcel: "Todos estamos aterrados por lo que ha hecho y nos tememos que se pueda repetir", dice su familia, que celebrará un funeral el próximo viernes en la iglesia de San Pedro ad Víncula, de Vallecas.

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