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La Junta de Castilla y León recoge al niño de El Royo para entregárselo a su tía

Los padres preadoptivos cumplen la orden judicial y devuelven entre lágrimas al pequeño

Un muñeco de peluche y una bolsa de ropa, ése fue anoche el equipaje de Diego para su nueva vida. El niño soriano, de 21 meses, fue entregado finalmente en Soria a la Junta de Castilla y León por sus padres preadoptivos, en cumplimiento de la resolución del juez salmantino Luciano Salvador. El pequeño, sin embargo, no permanecerá mucho tiempo en el centro de menores de la Junta, sino que pronto irá a vivir con una tía materna, que se ha mostrado dispuesta a cuidarle y permitir así que su madre, una enferma psíquica, pueda visitarle.

Raquel Gómez y Carlos de Francisco, los padres que durante 16 meses han acogido al niño en la localidad soriana de El Royo, estaban anoche destrozados. No podían articular palabra, tras entregar pasadas las siete y media de la tarde al pequeño a un centro concertado de la Junta, La Milagrosa, de las Hermanas de La Caridad. Sólo Raquel, conteniendo las lágrimas, se dirigió con una breve frase a Margarita Bernal, madre biológica del menor: "Margarita, déjale el oso de peluche blanco por la noche, si no, no duerme. La ropa que te mando, si no la quieres, entrégala en el centro El Charro de Salamanca. Otro niño la aprovechará". Con la entrega al gobierno castellano-leonés del pequeño Diego se pone el punto final a una historia que ha dividido a la opinión pública, básicamente porque los jueces iban a permitir que el niño fuese separado de sus padres preadoptivos y fuese internado en un centro de menores para que su madre biológica le pudiese visitar y mejorar así de su enfermedad mental (un trastorno maniaco-depresivo). La decisión de su tía de acogerle ha acabado con esta posibilidad y ha tranquilizado incluso a los vecinos de El Royo, la localidad soriana de unos 400 habitantes donde vivían los padres preadoptivos con el pequeño.

"Diego se ha integrado perfectamente. No ha extrañado a nadie", relató el abogado de los padres preadoptivos, Francisco Gonzálvez, tras señalar que nada más ingresar en el edificio que las religiosas de La Caridad tienen en el centro de la capital soriana, Diego fue reconocido por el responsable de pediatría del Hospital General de Soria, quien únicamente apreció en él las secuelas del catarro que padeció hace unas semanas.

La situación del menor a partir de hoy, según el abogado Gonzálvez, es incierta. "No sabemos el periodo de interinidad en que el menor estará en Salamanca, pero lo cierto es que haremos un control exhaustivo de Diego para evitar una situación de desamparo que no permitiremos". En este sentido, Gonzálvez señaló que mantendrán el recurso de amparo ante el Constitucional en contra de la decisión del juzgado de Salamanca que devuelve al niño a esa capital para que contribuya a la recuperación psíquica de su madre biológica.

En su decisión, el magistrado considera determinante el ofrecimiento de las tías del pequeño. "Las hermanas de la madre -familia extensa- han manifestado en escritos ante este juzgado su firme propósito de acoger al hijo de su hermana, el menor sobre el que se ha acordado el acogimiento residencial", dice. El juez también considera que, tras ese ofrecimiento, "el acogimiento residencial acordado será problemático y mucho más la permanencia del menor con la familia de acogida". Añade el auto: "La madre de dicho menor ha mostrado su conformidad al acogimiento provisional interesado por sus hermanas". Y concluye que "el acogimiento en el seno de la familia natural extensa tendrá preferencia sobre el de cualquier extraño, pues el principio de prioridad de la propia familia es sancionado incluso en el ámbito del Derecho Internacional".

Margarita Bernal, madre biológica del pequeño, dijo ayer sentirse "feliz y contenta" y añadió que estaba "desbordada" por los acontecimientos. Bernal, que sufre una enfermedad bipolar de tipo 1, resaltó que lo único que desea es que "el niño resida en un ambiente familiar".

Antonia Bernal, hermana de la madre biológica, precisó ayer que se quedará con el menor en su casa hasta que Margarita "consiga la tutela del niño y pueda irse a vivir con su compañero, como ella desea".

Sobre los padres preadoptivos, Antonia dijo: "Ellos lo han pasado mal estos 20 días, pero nosotros lo hemos pasado mal 21 meses". Y añadió: "Se nos ha acusado de que no nos hicimos cargo del niño, pero el problema estaba en casa, por lo que se le dio a otra familia".

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