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El 30% de los jóvenes españoles considera la inmigración "perjudicial para la raza"

Un estudio oficial revela la persistencia del racismo, pese a su descenso desde 1995

El 30% de los jóvenes de España considera que el fenómeno de la inmigración será, a la larga, "perjudicial para la raza". Y otro 24% cree que tendrá efectos negativos en la moral y las costumbres españolas, según datos del Informe de Juventud en España 2.000, elaborado por el Instituto de la Juventud. Estas cifras, sin embargo, han disminuido con respecto a la misma encuesta elaborada hace cinco años. En aquella época, más de la mitad de la población joven en este país se mostraba claramente racista. Los nuevos datos siguen siendo "preocupantes", según el director del estudio.

La encuesta del Instituto de la Juventud se desarrolló del 15 de octubre al 15 de noviembre de 1999 entre 6.492 jóvenes con edades comprendidas entre los 15 y los 29 años. Sus resultados revelan cómo se han transformado las circunstancias familiares, educativas y laborales de la juventud española en los últimos cuatro años. Así, el estudio deja claro que las actitudes xenófobas y racistas de los jóvenes han disminuido. Un descenso que, sin embargo, no ha terminado con un fenómeno, que según el director del estudio, el sociólogo Manuel Martín Serrano, "es preocupante".En 1995 el 55% de los jóvenes consideraba que la inmigración, a la larga, sería "perjudicial a nivel racial". Hoy lo cree así el 30% de la población juvenil. "Decir que afectará negativamente a la raza es racismo puro. Y ahora, aunque haya menos, sigue existiendo ese fenómeno", explica Martín Serrano. Hace 5 años el 41% de los jóvenes pensaba que la inmigración tendría efectos negativos en la moral y la costumbre de los españoles. Ahora lo cree así un 24 %.

La población comprendida entre 15 y 29 años es algo menos de la cuarta parte del total de habitantes de España. Hay actualmente 8.978.326 jóvenes, de los cuales 4.580.784 son hombres y 4.397.542 son mujeres.

El estudio elaborado por el Instituto de la Juventud también pone de manifiesto los problemas a los que se enfrentan los jóvenes a la hora de emanciparse, generalmente relacionados con la falta de trabajo, la inestabilidad y la dificultad de tener una vivienda. Asimismo, indica que el reparto de la juventud en el territorio español es "asimétrico". Tres de cada cinco personas jóvenes residen en cuatro Comunidades. Andalucía (19,9%), Cataluña (14,7%) y Madrid (12,7%) suman casi la mitad de la población joven. La Comunidad Valenciana, con el 10,2% de la juventud también se sitúa por encima de la media.

Éstos son otros de los aspectos sobresalientes del Informe Juventud en España 2000:

- Infancia y juventud. Las nuevas generaciones tienden a prolongar la infancia y a retrasar el tránsito a la edad adulta. Según la percepción de los jóvenes, la edad media para salir de la niñez son los quince años y medio. Y se deja de ser joven a los 34. Para el 43% de los encuestados, la infancia ha sido la etapa más feliz de la vida. La razón más generalizada para la percepción favorable de la niñez es que durante esa época no se tienen responsabilidades.

- Emancipación. A los 25 años, sólo el 32% de la gente joven está emancipada económicamente. A los 29, el 72%. Las dificultades en la emancipación provocan un progresivo retraso en la edad en la que se sale del hogar para constituir una nueva familia. Esta tendencia, según el estudio, está documentada desde 1990. Actualmente la edad promedio para irse de casa es de 26 años. La gran mayoría de los jóvenes, sin embargo, optaría por la independencia de sus padres si pudiese.

El retraso en la edad de abandono del hogar también implica una disminución en el número de jóvenes que viven en pareja (sólo una de cada cinco mujeres comparte vivienda con su compañero). Esto, a su vez, desemboca en un descenso en la expectativa de tener hijos.

Este hecho, que no es ajeno a la bajísima tasa de natalidad española, se debe, sobre todo, a la sensación de que no se va a contar con los recursos económicos suficientes para mantener una familia.

- Ocio. La televisión sigue siendo la actividad preferida durante el tiempo libre de los jóvenes, sobre todo si se está en casa. Aún así, ha disminuido el número de horas que se dedican a este medio. En 1995 eran 14 semanales, frente a 13 en 1999. La encuesta también confirma que continúa disminuyendo la lectura en número y en frecuencia. En 1995 la proporción de personas interesadas en la lectura de medios impresos era de un 26%. Ahora es de sólo el 14%. El uso de las nuevas tecnologías, en cambio, ha crecido a un ritmo vertiginoso. Un 53% de jóvenes utiliza el ordenador y un 22%, además, Internet.

- Creencias religiosas. La inseguridad en el futuro y la sensación de que se dispone de escaso control sobre el porvenir ha influido en el "ininterrumpido" crecimiento de los no creyentes en la religión y los indiferentes. Paralelamente, ha aumentado el número de jóvenes que afirma que cree en profetas, enviados y elegidos. Un 22% frente a un 15% en 1995. Ahora un 33% de los jóvenes cree en horóscopos, frente a un 22% de hace cinco años. Según el director del estudio, en este aspecto "hay que estar atentos". Los porcentajes, cree Serrano, podrían ser el principio de "un germen que podría convertirse en un problema, como que las sectas destructivas llegasen a tener un predicamento no deseable".

- Fracaso escolar. El actual funcionamiento del sistema educativo está generando una proporción elevada de personas que se sienten fracasadas, sobre todo durante la adolescencia y hasta la conclusón de la etapa escolar, según revela el informe. Una de cada tres personas encuestadas manifiesta haber experimentado fracaso escolar. Un 9% se siente muy fracasado en la escuela, colegio o instituto. En la universidad esta tasa de desencanto desciende al 2%.

- Familia. El modelo tradicional de familia (padre, madre y hermanos) sólo existe en el 45% de los hogares de las personas jóvenes. Un 7% carece de padre o madre por divorcio o fallecimiento.

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