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Reportaje:

Serrat y Miliki contra el mundo

Los Rabanes, Jonhathan Ritchman y Michael Monroe encabezan un aluvión de músicos extranjeros. La temporada de la ABAO continúa con la ópera 'La walkiria'. Culminan las Jornadas de Teatro de Getxo

El otro yo

Los Rabanes inician esta noche en Bilborock la invasión de artistas foráneos que desembarcan el fin de semana en Euskadi y Navarra. El trío panameño pondrá a bailar a cuantos se acerquen al local procurando hacer justicia a la fama que les precede: la de ser una eficaz batidora de ritmos caribeños, raggamuffin, punk rock y ska. Una mezcla que siempre han ejecutado con sobrada energía rockera, aunque se ha visto dulcificada tras su paso por la factoría Estefan de Miami. Allí, apadrinados por Emilio y Gloria Estefan, han dado forma al disco que promocionan actualmente, Los Rabanes (Epic), en el que combinan ritmos de baile con textos un pelín procaces y se atreven a adaptar el inmortal Perfidia.La avanzadilla de hoy se completa con la presencia, también en Bilbao, de Hardcore Superstar, una de las bandas devotas de los tatuajes y del punk rock and roll de herencia hard rock que han surgido en Escandinavia a la sombra de Hellacopters, Gluecifer y Turbonegro. Se presume que el Kafe Antzokia vivirá una velada entregada a poses de heavy metal y al rock de alto octanaje que el cuarteto sueco ha pulido en dos años. En este tiempo sus miembros han sido teloneros de Motorhead, han grabado un elepé y han adquirido la arrogancia suficiente para rebatir a quienes sugieren que se han apuntado a la moda del rock que vive su país. "No nos hemos apuntado al carro; estamos dirigiendo el carro", ha dicho su guitarrista.

Ya mañana, una de las citas más atractivas será en Bergara, donde repasará su repertorio Jonathan Ritchman. El cantautor estadounidense es casi un valor seguro, aunque sólo sea por estar acostumbrado a dar cerca de 140 conciertos al año, por llevar más de dos décadas dedicado a la música y por poder recurrir a las canciones que popularizó con Modern Lovers. Eso sí, también hay quien le conoce más por el papel de narrador humorístico que desempeñó en el largometraje Algo pasa con Mary, que devolvió popularidad a un Ritchman que en vivo busca la complicidad del público entre descargas de rock y la vitalidad del pop.

Otro que inició su carrera en solitario avalado por el legado de su banda anterior es Michael Monroe, cantante finlandés que actúa el domingo también en la sala Jam. Allí se congregarán aquellos al tanto de sus últimos pasos como los nostálgicos de los años en que estuvo al frente de Hanoi Rocks, banda que capitaneó el sleazy rock (estilo endeudado con el rock and roll más desenfadado de los Rolling Stones y los Faces que se alimentaba de una imagen anexa al glam) junto a colegas de Los Ángeles como Motley Crue y Twisted Sisters. Seguro que no olvida repasar esta etapa, aunque el grueso de la actuación lo ocupe su último elepé, Life gets you dirty (Steamhammer), que contiene música garage, punk rock, rock and roll, rhythm & blues acerado y retales de corte pop.Rivalizando con el aluvión de extranjeros, el Teatro Principal de Vitoria ha programado para esta noche un recital de Joan Manuel Serrat. En dicho coliseo, el cantautor barcelonés y culé de 56 años presentará las canciones de su último disco: Cansiones. Así llama a un trabajo, en el que también firma su alter ego Tarres (Serrat al revés), que recoge un solo tema original y 13 piezas tradicionales de Suramérica que dice interpretar "masticadas, tragadas y regurgitadas, como si fuera un rumiante". De esa manera, el reputado cantautor, se aprovecha de la fertilidad de otros para engrandecer una carrera que abarca más de 30 años. Y lo hace adaptando tangos, boleros y rancheras.

Quien no ha hecho un gran esfuerzo en renovar su repertorio es Miliki, quien mañana cantará en Pamplona junto a su hija Rita Irasema las mismas canciones que popularizaron los payasos de la tele. Clásicos infantiles del calibre de Cómo me pica la nariz, La gallina turuleta, Hola don Pepito o Dale Ramón harán las delicias de críos y de esos "niños de 30 años" a los que dedicó su último disco. Dicho álbum cuenta este mes con la continuación de otro titulado ¿Cómo están ustedes?, también grabado como el precedente junto a la Orquesta Sinfónica de Praga. Es un modo de seguir exprimiendo la gallina de los huevos de oro, ya que de A mis niños de 30 años se despacharon más de 500.000 ejemplares sólo el año pasado.

Los aficionados a la ópera cuentan con dos propuestas de interés. El Teatro Barakaldo acoge una producción propia: La Traviata. Así, presenciará una vez más (es la obra más representada de Giuseppe Verdi) el romance parisino de Alfredo Germont, interpretado por el tenor Rafael Lledo, y Violeta Valery, a la que dará vida la soprano Helena Gallardo. Todo ello con el respaldo de la Orquesta y el Coro Lírico de Madrid.

Por su parte, la ABAO continúa con su temporada particular con tres representaciones de La walkiria, de Richard Wagner. Durante 4 horas y 40 minutos, repartidos en tres actos, cantantes como el tenor Poul Elming, el bajo Robert Hale y la soprano Nadine Secunde revivirán una historia que mezcla virtudes y defectos de dioses y humanos, luchas y adulterios. Una conocida trama que debe su título a las walkirias, nueve hermanas encargadas de formar, con varios héroes bélicos, un ejército que defienda a los dioses, y que en esta ocasión cantarán al ritmo de la Orquesta Sinfónica de Szeged, Hungría.

En cuanto al teatro, Getxo despide sus decimoctavas jornadas con seis obras. Entre ellas destaca Novecento, el pianista del océano, en la que Tanttaka cuenta la historia de un espléndido músico que nunca ha salido de un barco. Y también Historia de famas y cronopios, único estreno de la muestra. Corre a cargo de la compañía Simulacro y, basado en un libro de Julio Cortázar, aporta el singular punto de vista que tienen los personajes de un cuadro de la vida cotidiana.

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