La Ertzaintza no halló huellas de los acusados en el crimen de Ikaztegieta

Las huellas dactilares que recogió la Ertzaintza en el lugar en que fue asesinada Izaskun Larrauri no coinciden con las de los tres procesados en la causa. No obstante, en la fase de instrucción, dos de ellos, Pedro María Ruiz y Ana Borja, reconocieron haber participado en el crimen y señalaron a Juan Antonio García como quien disparó contra la empleada de la gasolinera. Los tres se han negado a declarar en el juicio y ninguna de las partes puede interrogarles sobre los testimonios que realizaron durante la instrucción.

El jurado popular puede acceder a las declaraciones efectuadas durante el periodo de instrucción por las tres personas imputadas en el crimen de Izaskun Larrauri. Sin embargo la acusación y los abogados no podrán formular preguntas sobre las declaraciones inculpatorias, según advirtió el presidente del tribunal, Juan Piqueras.A los tres jóvenes, que están siendo juzgados en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de San Sebastián, se les acusa de asesinato, robo con intimidación y tenencia ilícita de armas, delitos por los que la fiscal y la acusación particular solicitan penas que suman más de 70 años de prisión. Las defensas, por su parte, piden su absolución.

Dos agentes, pertenecientes a la Unidad de Identificación de la policía vasca, dijeron ayer en el juicio que ninguna de las huellas dactilares que encontraron en la gasolinera de Ikaztegieta se corresponden con las de los tres acusados de matar a la empleada de dicha estación de servicio, la noche del 8 de octubre de 1997.

Otros dos agentes que participaron en el atestado reconocieron que no cuentan con dato alguno que les permita afirmar que Ruiz, García y Borja intervinieron en los delitos que se les imputan, si bien uno de ellos, tras indicar que no tenían ninguna "prueba fehaciente" para detener a Juan Antonio García, explicó que otros compañeros le comentaron que dos de los encausados se habían autoinculpado en el caso.