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Los desalojados de la Alameda de Málaga siguen sin informes sobre el temblor

Tras dos años, la rehabilitación de las viviendas afectadas continúa

Los 200 vecinos de la malagueña Alameda de Colón confían en que, tras reiterados incumplimientos sobre su realojo, puedan recibir el nuevo milenio en sus viviendas. Casi dos años después de dejar sus hogares porque una obra contigua puso en peligro de derrumbe el céntrico edificio en el que habitaban, aún no hay ningún informe técnico pericial sobre las causas que provocaron el corrimiento de tierras que dejó sus viviendas en vilo. La edificación contigua está casi acabada y vendida por completo.

Alicatado y pintura

Desde que se produjo el desalojo de los vecinos de la Alameda de Colón, en Málaga, en febrero de 1999 hasta finales de junio pasado, la constructora responsable de la obra asumió los alquileres, pero a partir de entonces los afectados han tenido que empezar a pagarlos de su bolsillo. A partir de esa fecha han debido además hacerse cargo de los costes de vigilancia del inmueble y han tenido que pedir un crédito de 850.000 pesetas cada uno para completar la rehabilitación de los pisos afectados.A los vecinos, la marcha de la investigación judicial se les antoja lenta. Esta semana, casi dos años después del desalojo, la juez ha ordenado un informe pericial sobre las causas de aquel corrimiento de tierras que desestabilizó el bloque. De las declaraciones de los técnicos de las contratas y subcontratas que intervinieron en la obra se desprende que el socavón de siete metros abierto para construir los aparcamientos no fue debidamente apuntalado, ya que se colocaron los codales de la parte superior, pero se obviaron los más bajos porque eran incómodos para trabajar.

Esto provocó que los soportes se curvaran cuatro veces más de lo permitido y terminaran cediendo. Pero aún no existe ningún pronunciamiento de un perito judicial. Los vecinos llevaban esperando desde mayo que la magistrada encargada del caso solicitara esa prueba.

"Todavía no sabemos cuando volveremos, creemos que para Navidad, pero ha habido tantos incumplimientos...", apunta Francisco Rodríguez, portavoz de los desalojados.

La rehabilitación está casi concluida aunque restan todavía algunos alicatados, el tendido eléctrico de las zonas comunes y rematar con la pintura. Rodríguez confiesa su desazón: "Ya estamos hartos, hasta se ha muerto un vecino en este tiempo y encima todo este calvario por algo de lo que no tenemos culpa".La constructora Vías y Construcciones destinó más de 70 millones a asumir los gastos del desalojo y la rehabilitación del bloque afectado por la obra contigua -aunque siempre aclaró que el proceso judicial debería depurar las responsabilidades entre las empresas intervinientes- y el Ayuntamiento de Málaga habilitó una partida 36 millones de pesetas para afrontar costes que la constructora ya no estaba dispuesta a asumir. De estos fondos municipales se han invertido más de 20 millones.

El resto se irá pagando a medida que la empresa encargada de la recuperación del edificio vaya presentando las certificaciones. A fin de que las obras fueran a mayor ritmo, los vecinos decidieron solicitar los préstamos cuyo pago piensan afrontar con cargo al remanente de fondos municipales. "Pero lo cierto es que las firmas para que nos concedieran ese crédito de casi 25 millones es particular de cada uno de nosotros", matiza Rodríguez sin ocultar los temores que los vecinos del inmueble.

El malestar de los afectados no es gratuito. Además de llevar casi dos años fuera de sus casas, saben por las diligencias judiciales abiertas que el proyecto que se ejecutó en la obra contigua no fue el que se registró en la Gerencia de Urbanismo y que un día antes del desalojo ya se conocía el riesgo de deslizamientos. Pero, a pesar de ello, los vecinos no fueron alertados del peligro hasta que el derrumbe era inminente. La obra contigua está casi terminada y vendida prácticamente por completo.

Los vecinos desalojados de la Alameda confían, sin embargo, en que ellos podrán volver a sus viviendas antes que los nuevos propietarios de la edificación de al lado.

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