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Golpe al proceso de paz

Sharon impone duras condiciones para participar en un futuro Gobierno de unidad presidido por Barak

El primer ministro israelí, Ehud Barak, aceleró ayer sus consultas para lograr la formación de lo que se denomina un Gobierno de unidad nacional. Este Gabinete provisional, sólo hasta el final del conflicto con los palestinos, tendría para Barak indudables beneficios a corto plazo. El principal, afrontar con tranquilidad la reapertura del Parlamento tras las vacaciones. Barak carece de mayoría tras la crisis vivida en el seno de su coalición. El plazo del que dispone hasta la reapertura es de 10 días.La formación de ese Gobierno de emergencia trata de incluir al principal partido de la oposición, el derechista Likud. En esa maniobra política aparecen los riesgos: de carácter interno, pues supondría la renuncia de gran parte de su programa político, y externos, el propio proceso de paz con los palestinos.

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La formación de ese Gobierno dependerá de la voluntad del Likud y de la opinión final de su líder, Ariel Sharon, que inició la crisis con su polémica visita a la Explanada de las Mezquitas el 28 de septiembre.

Sharon ha reclamado tiempo de reflexión para decidir; quiere abrir un debate interno para analizar la situación. Los dirigentes del Likud ponen como principal condición para colaborar con Barak la revocación de los pactos alcanzados entre Arafat y Barak en la cumbre de Camp David del mes de julio; el abandono del programa de secularización de la vida política y no menos de cinco ministerios.

La eventual entrada de Sharon en el Gabinete es uno de los grandes obstáculos. El ministro de Justicia, Yosi Beilin (uno de los pesos pesados del Partido Laborista), ha advertido de que una inclusión de Sharon supondría la muerte automática del proceso de paz. Algo en lo que coiciden los palestinos moderados.

Las dos formaciones de emigrantes rusos (Israel Bealiya e Israel Beituni) han anunciado su disposición a cooperar en el nuevo Gobierno. En esta misma línea se han definido los ultrarreligiosos askenazis (procedentes del centro y este de Europa); los de la Unidad de la Torá y del Judaísmo; Amir Pérez, del Partido de los Trabajadores, y el radical laico Yosef Lapid, del partido Shinui. Quedan por decidirse los religiosos sefardíes de Shas y los laicos de izquierdas de Meretz.

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