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Tom Ford evoca la esencia de Yves Saint- Laurent en su primer desfile 'prêt-à-porter'

John Galliano decepciónó en la presentación de su colección

El tejano Tom Ford presentó ayer, en el Museo Rodin, de París, su primera colección como director creativo de la línea prêt-à-porter Yves Saint- Laurent Rive Gauche, que el grupo italiano Gucci adquirió en noviembre de 1999. En su primer desfile, para la próxima primavera-verano, Ford sorprendió y evocó la esencia de Saint-Laurent. La compra de la firma incluye las líneas de cosmética, fragancias y accesorios Saint-Laurent, con excepción de la alta costura, que sigue en manos del diseñador Saint-Laurent y su socio, Pierre Bergè.

En una estructura negra por fuera y por dentro, construida especialmente para la ocasión y localizada en el jardín del Museo de Rodin, de París, llegaron los 700 invitados, acompañados a sus asientos por jóvenes vestidos con los clásicos esmóquines negros. Allí les esperaba un mensaje del diseñador: "En el mundo de hoy es importante reducir las cosas a su esencia, diluirlas y eliminar todos los excesos para que sean puras, claras y blancas y negras". Y así fue su colección: pura esencia Yves Saint-Laurent, donde los trajes pantalón con vueltas en los bajos, los esmóquines, los trajes de chaqueta con faldas rectas por encima de la rodilla en tejidos como raso o crêpe de seda fueron los protagonistas, siempre con acentuados hombros anchos y cuadrados. Debajo de las chaquetas, un chaleco cruzado, un fajín ancho, unos tirantes y unos ligueros ocultos para sujetar las medias negras, unos zapatos tipo merceditas de tacón alto en dorado o plateado o unas sandalias de cuña con dobles pulseras en el tobillo, todo en blanco o negro. Además, grandes guardapolvos de satén, abrigos siete octavos estilizados o cazadoras ablusonadas. El único adorno, un lazo negro al cuello.

También había variedad de vestidos en punto de seda drapeados y ajustados, otros con mangas de tul con escotes cuadrados, otros escotes palabra de honor con las faldas largas por detrás y cortas por delante y, finalmente, un corpiño de cuero con pechos esculpidos.

Al final del desfile, Ford recibió las felicitaciones de Bianca Jagger, quien afirmó que "era una colección para mujeres contemporáneas, sin traicionar el espíritu de Saint Laurent". Incluso Pierre Bergere, socio de Saint-Laurent, ofreció sus congratulaciones, aunque el propio Yves no asistió. Pero quizá la mejor definición fue del comprador del gran almacén neoyorquino Bloomingdale's, Hal Ruttelstein, quien dijo: "Yves lo verá en un vídeo y verá pasar toda su vida por delante de él, pero Tom hizo lo que tenía que hacer: llevar Yves Saint Laurent al nuevo milenio".

Loewe, diseñado por Narciso Rodríguez, presentó también ayer su colección primavera-verano empleando la combinación positiva-negativa del blanco y negro como base de sus creaciones chic-urbano, con alguna intrusión del rojo. Líneas sencillas y limpias para una silueta que marca el cuerpo sin estridencias, que incluyen vestidos sin mangas, a veces con cortes geométricos, que se ven acentuados por el uso de los bicolores, tops ablusonados sobre pantalones estrechos, faldas lápiz, vestidos camiseros envolventes y énfasis en cinturas a través de cinturones de cuero muy anchos.

John Galliano decepcionó con su propia colección, que fue una parodia de lo que había presentado para Dior como una especie de dejà-vu, lo que hace sospechar que el esfuerzo que hizo para Dior le dejase sin más neuronas creativas.

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